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LA TRAMPA DEL BOLERO

Introducción

Cuando el poeta Pedro Blas Julio Romero, una de las primeras personalidades de las letras que conocí cuando llegué a Cartagena de Indias, ciudad rancia y añeja por el tiempo y sus tradiciones, me dijo que si podría hablar en su programa sobre el Bolero,1 no lo dudé un instante para decirle que sí, pues desde hacía muchos años, guardaba en los recovecos de esta mente que algún día el fuego purificador arramblará con ella, recuerdos de señoras que

me contaron historias de sus idilios pasados y cada una de ellas culpaban al bolero de sus desgracias amorosas juveniles.


Contaba doña Isidora de los Espíritus, ese hombre malvado, me enamoró a peso de serenatas que cada noche oscura me cantaba con otros bohemios de aquellos días. Y hasta diez veces repetía la misma pieza musical: Sin ti no podré vivir jamás.2 Después del matrimonio, siendo yo aún una joven de apenas veinte años, se fue y me dejó por otra a quien le cantaba “Jamás te olvidaré”,3 según ella misma me contaba.


La señora Margarita Gutiérrez de Piñérez de Mier y Guerra, una de las últimas descendientes del Marquesado de Torrehoyos, en tiempos en que yo estudiaba en el Colegio Nacional Pinillos de Mompox, la veía andar por las calles de la ciudad Valerosa y dejaba una estela de fragancia palaciega, que era perseguida por tominejos y chupaflores, en las tardes cuando se reunía con sus amigas en su colonial casa de la albarrada expresaba que odiaba más el bolero con que la había enamorado su marido. “No había noche en que no llegara a esta ventana donde ahora crecen las trinitarias, con un grupo de guitarristas y maraqueros a cantar Amor mío”.4


“A mí, me fascinaba cuando bailaba boleros y mi parejo con sus labios me murmuraba en el oído la canción y yo

unía mi pelvis a la de él en un momento de paroxismo del que yo no quería despertar”, decía llena de picardía doña

Altagracia de Martínez de Pinillos a sus amigas de juventud.


Cuándo le pregunté a la poeta Lidia Corcione Crescini, su apreciación sobre el bolero, primero me miró y después,

con la alegría propia de quien trae en su recuerdos un mundo de felicidad me dijo: “Cuando salía a la pista y mi

parejo me agarraba por la cintura y luego unía mi cuerpo al de él, cerraba los ojos, me imaginaba flotando en una

inmensa laguna y después un tuqui tuqui bam bam en el estómago y en toda la melodía un viajar incesante lleno de suspiros y de imaginaciones”.


Esas satisfacciones y decepciones de mujeres, y también por amantes masculinos que se vieron atropellados por el

remolino de Eros, el destino y el bolero, fueron quizás las razones que me llevaron a aceptarle a Pedro Blas la

invitación para escribir este trabajo, no como lo hacen los eruditos de este género musical, sino como un testigo de

las muchas adversidades y felicidades ocasionadas por su letra y la melodía.


Orígenes

Se cita como primer Bolero a Tristeza (1883) del cubano Pepe Sánchez (1856 – 1918), contemporáneo con las novelas Regenta de Clarín,5 Fortunata y Jacinta,6 de Galdós, y Azul,7 de Rubén Darío.


Los siguientes versos de Tristeza, cuyo nombre original fue “Me entristeces, mujer”, nos dan una idea de los inicios del bolero:


“Tristezas me dan tus quejas, mujer,

profundo dolor que dudes de mi

no hay prueba de amor que deje entrever

cuando sufro y padezco por ti”.


La suerte es adversa conmigo no deja ensanchar mi pasión un beso me diste un día lo guardo en el corazón. Sin embargo, otros estuiosos del tema consideran que el primer bolero de que se tiene noticias es Quiéreme, trigueña (1879) de Sindo Garay8 (1867-1968), un aventajado estudiante de Pepe Sánchez, y de quien dijo Federico García Lorca en 1930 que era el Gran Faraón de Cuba.


La crítica ha dicho que en Quiéreme, trigueña, surgen los elementos típicos del género:


“No me olvides, mujer, ni un momento que tu amante por siempre seré,

quiéreme, trigueña, quiéreme,

porque jamás yo te olvidaré”


En Retorna, del mismo autor, ya entrado el siglo XX, dice:


“Retorna, vida mía, que te espero,

con una irresistible sed de amar.

Vuelve pronto a calmarme que me muero,

si presto no mitigas mi dolor”


Se ha dicho que el bolero expresa aspiraciones, alegrías, tristezas, ideales. En él va inmersa la psicología de lo que el latinoamericano vivía o creía vivir o aún cree vivir, y por lo tanto en realidad lo vive. Lo vive como una fantasía, como la metáfora de la vida. La proeza del bolero radica en encerrar en cinco o seis líneas todo un mundo idílico en que se conjugan, alegrías y tristezas, penas y desencantos, triunfos y desdichas y al final un verso lleno de paroxismo, que puede ser de desdicha o de felicidad. Es un universo, y así como puede ser un cosmos, también un microcosmos.


Quizás el único bolero, que no es un bolero sino un ballet andaluz, el que llamó inicialmente fandango y luego bolero, y es el más famoso de cuantos boleros se hayan compuesto es el de Ravel, que inicialmente tenía una melodía sacada de las entrañas de las isbas y los cosacos rusos, pues dicha pieza musical la había compuesto para su amiga rusa Ida Rubinstein, quien, en la misma obra representaba el papel de una bailarina de flamenco.


Es importante mencionar que de manera a veces arbitraria y sugestiva algunos investigadores establecen varias etapas en la historia del bolero.

El bolero no respeta nacionalidad, arrasa todo poema que pueda generar una melodía que esté dentro de la tipicidad de su ritmo.

1ª etapa: Desde los inicios de la invasión española y portuguesa a los territorios de América. La llegada de europeos y negros esclavizados de África a las Antillas y a la cuenca del Caribe. La fusión de costumbres y tradiciones amerindias con las de africanos y europeos, la formación de ciudades, villas, pueblos, palenques y quilombos. Las luchas independentistas de los pueblos americanos, de una u otra forma son la génesis en el nacimiento del bolero.


2ª etapa.- Que va desde finales del siglo XIX a la segunda década del siglo XX. Pues, como ya dijimos anteriormente, se toma como fecha de 1883, como la aparición de Tristeza, el primero de todos los boleros en la historia americana. Aparecen los conjuntos musicales y toda una prole de autodidactas genios de la música, como Alberto Villalón, Sindo Garay, Manuel Corona, Eulalio y Manuel Limonta, Nicolás Camacho, Rosendo Ruiz, Emiliano Blez, Patricio Ballagas, Rafael Gómez, Vicente González Rubiera (Guyún), Oscar Hernández y que con otros, fueron responsables del nacimiento del bolero, cantando su música en serenatas, peñas trovadorescas, circos, coros y teatros. En esta trova también participa activamente Maria Teresa Vera, que señalará la permanente vinculación de las mujeres con el bolero, sea como intérpretes o compositoras.


3ª etapa.- Que se circunscribe entre 1920 y 1940. Pues a pesar de las guerras en que se encuentra sumergido el mundo, es un periodo caracterizado por la combinación de factores positivos y negativos para el bolero, unos potenciando la difusión y crecimiento de esta música, otros contribuyendo a la declinación de este género. El potente desarrollo de la radio y de la industria disquera develará nuevas perspectivas al bolero. Surge a partir de los años 30 una gama de grandes compositores e intérpretes, entre ellos Agustín Lara, Guty Cárdenas, Maria Grever, Lorenzo Barcelata, Esparza Oteo, Gonzalo Curiel, Chelo Velásquez y muchos otros.


4ª etapa.- De 1940 al 1960, marcada por la guerra fría y la ucha de las potencias por el dominio de la política y la economía mundial. En el transcurso de estas décadas, el bolero será la tarjeta de identidad de la música latina, consolidándose desde Cuba y México hacia Republica Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Argentina, Chile, España y otros países de Latinoamérica. Desde Puerto Rico migrará con fuerza hacia Estados Unidos y allí se conocerán figuras de la talla de Rafael Hernández, Pedro Flores, Tito Rodríguez, Bobby Capó, Charlie Figueroa, Daniel Santos y José Feliciano, en épocas posteriores serán exitosos intérpretes Danny Rivera, Cheo Feliciano, Willie Colón, Ismael Miranda, Gilberto Santa Rosa, Héctor Lavoe, Rubén Blades, Willy Colón El Gran Combo de Puerto Rico, la Orquesta Zodiac y muchos otros boleristas de academias y orquestas no mencionadas en esta nota.


En años posteriores, el mundo será testigo de toda una gama de intérpretes y compositores que llenan de notas

y de voces el universo.


Colombia destacaran Carlos Julio Ramírez, Alberto Osorio, Bob Toledo, Víctor Hugo Ayala, el matancero Nelson

Pinedo, Tito Cortes, Alci Acosta, Oscar Agudelo, Rodolfo Aycardi y Juan Carlos Coronel; en Costa Rica será Ray Tico

y el Rafa Pérez; en Puerto Rico Daniel Santos, TitoRodríguez, Bobby Capó, Johnny Albino, Idilio González,

Roberto Cole, José Feliciano, Cheo Feliciano, Andy Montañéz, Danny Rivera y Gilberto Santa Rosa entre

otros muchos; en República Dominicana se escuchara la voz de Alberto Beltrán, Luis Alberti, Lope Balaguer,

Elenita Santos, Teté Marcial, Nicolás Casimiro, Luis Kalaff, Julito Deschamp, Camboy Estévez, Aníbal de Peña y

Rafael Colón entre otros; Panamá aportará a Carlos Eleta Almarán y Avelino Muñoz; en tanto Estelita del Llano,

Marco Julio Maristani, Rafa Galindo, Alfredo Sadel, Felipe Pirela, Mirtha Pérez, Toña Granados, Oscar D´León y La Rondalla Venezolana serán el aporte de Venezuela al bolero.


En fin podría mencionar la interminable lista de argentinos, cubanos y de otras regiones de las Antillas y

del Continente, que son interminables y que han llevado el bolero a la cúspide de la música mundial.


Cabe anotar que en las ciudades de Mompox y Magangué, surgieron agrupaciones famosas como el Tresillo, la Jazz Band y la Casino Monterrey, con boleristas de gran envergadura.


Resumen

Aunque el mensaje del bolero es eminentemente lingüístico, y es transmitido por textos que recrean el amor de una forma muy íntima, personal y vivencial, con un estilo coloquial y sencillo en el que no abundan las metáforas complicadas y rebuscadas, sino que fluye como el murmullo de una confesión de amor, lleva inmersa la trampa de la tragedia, el teatro, la mojiganga, la farsa, el idilio, la venganza, el odio, la plegaria, los recuerdos, el deseo, la condena, la nostalgia, el amor y muchas de las formas poéticas y trágicas que pueblan el mundo de la literatura.


Los expertos en el tema consideran que en el bolero deben tenerse en cuenta tres elementos muy

importantes: música, gesto y texto, este último constituye el soporte fundamental para establecer una

relación de empatía entre el cantante y la persona que lo escucha.


Cada voz tiene su magia para realizar la interpretación del texto, y cada voz sume su melodía en las notas que fluyen de acuerdo con el momento psicológico de una persona. Un bolero, no solo conduce a una persona por la senda

de la felicidad, sino también lo puede llevar a la ruta del suicidio. El bolero, podríamos decir por el contexto de su

interpretación puede ser un circulo en donde está la felicidad y la tragedia, la vida y la muerte.


Con muy contadas excepciones, en el bolero hay un solo personaje: siempre aparecen dos sujetos, en que uno es activo, habla, ríe, canta, llora, juzga y otro escucha, no dice nada, pero está ahí, en silencio oye, escucha, es parte integrante del discurso.


Los siguientes ejemplos de boleros conocidos aclaranesta premisa:


"Adoro

la calle en que nos vimos,

la noche cuando nos conocimos,

(Adoro)


Me duele hasta la vida

saber que me olvidaste

pensar que mi desprecio

merezca yo de ti".

(Cien años)


Te amaré toda la vida

todos los años, los meses y los días

todas las horas y todos los instantes,

mientras pueda latir mi corazón".

(Te amaré toda la vida)


La trampa del bolero

A lo largo del estudio del bolero encontramos como esta sencilla pieza musical, que es lo más difícil que hay en el

arte de la escritura creativa, pues además de la literatura que fluye, es necesaria la armonía, el ritmo, la melodía y

la música, que le permita adecuarse al tiempo, al lugar y al momento, no solo ha abierto el alma de los enamorados, sino que también ha sido la atrampa para sucumbir a las adulaciones de los enamorados. El bolero cuando se escucha, su letra y melodía son infinitas, pero también, es efímera porque el hechizo termina, una vez se oiga la última frase de la canción.


Para la investigadora mexicana María del Carmen Peza, “el bolero, como un texto, es un buen pretexto para abordar alagunas formas que adquiere la educación sentimental en algunos grupos sociales. El bolero es un objeto polimorfo que circula a través de los diferentes espacios sociales y medios de comunicación masiva y adquiere diversas significaciones de acuerdo con el medio social”. La tratadista Iris M. Zavala, el bolero es “un pensamiento erótico que se piensa así mismo”.


El bolero es un poema, riguroso como un soneto, con sus licencias poéticas, sus ictus y sus tonos musicales. El bolero es un poema lleno de metáforas y de trampas,más de figuras literarias, cuyo sentido literal traspasa las fronteras de la realidad.


El bolero no respeta nacionalidad, arrasa todo poema que pueda generar una melodía que esté dentro de la tipicidad de su ritmo.


Manuel Vásquez Montalbán9 define el bolero como un discurso amoroso que nunca se cierra y permanentemente se renueva; Pedro Delgado Malagín dice que es una atmósfera, un clima y una tensión; para Gladis Lara el bolero es la forma usada para mostrar el lado más humano de América Latina; el venezolano Manuel Bolívar Gratenol afirma que es un molde existencial que se repite en el mundo cotidiano y que forma parte de nuestro aprendizaje amoroso y sexual; Jaime Pérez Dávila dice que este género musical es amor por alguien, también es requerimiento amoroso, deseo, carencia dolorosa y daño causado por el amor; Rafael Castillo Zapata define el bolero como un discurso realista y que tiene una tremenda eficacia dramática. Para el investigador Carlos Ossa, el bolero corresponde al nivel de desarrollo de la economía y crece a parejas de la expansión de las ciudades. Pero quizás una de las definiciones más auténticas y que muy poco se conocen es la de la señorita Olga Guillot, cuando le preguntaron qué era el bolero y ella sin pensarlo dos veces respondió:


“Es una trampa, es una trampa que llega al corazón de

una persona, sea hombre o mujer como un venablo

candente, que lo puede resucitar o llevar a la muerte”.


El diccionario de la Real Academia Española del pasado siglo XX, definía el bolero como “aire musical popular español, cantable y bailable en compás ternario y en movimiento majestuoso”. A partir de la edición del 2001, aparece la siguiente definición: “Canción de ritmo lento, bailable, originaria de Cuba, muy popular en el Caribe, de compás de dos por cuatro y letras melódicas”. También lo define como: “Baile muy popular caribeño que se ejecuta al compás del bolero”.


En fin, creo que el bolero se acerca más a una narración, un cuento, relato, que cuenta cosas sencillas, así esté escrito en estrofas, ya sea de tres versos como el siguiente:


Amor se escribe con llanto

en el diario amargo

de mi desencanto

(Álvaro Delmar)


O en estrofas de cuatro versos:


Dicen que la distancia es el olvido

Pero yo no concibo esa razón

Porque yo seguiré siendo el cautivo

De los caprichos de tu corazón

(La Barca/ Luis Miguel)


Solamente una vez

Amé en la vida

Solamente una vez

Y nada más

(Solamente una vez – Agustín Lara)


O en estrofas de cinco versos


Hola Soledad,

no me extraña tu presencia

casi siempre estás conmigo,

te saluda un viejo amigo

este encuentro es uno más.

(Hola Soledad - Palito Ortega)


Quizás el que más se acerca es el siguiente de Mario de Jesús Báez:


Ese bolero es mío, desde el comienzo al final

Que importa quien lo haya hecho, es mi historia, y es real

Ese bolero es mío, porque su letra, soy yo

Es tragedia que yo vivo, y que solo, sabe Dios

Lo hicieron, a mi medida, yo serví, de inspiración

Y su música sentida, se clavó, en mi corazón

Ese bolero es mío, por, un derecho casual,

Porque, yo soy el motivo, de su tema, pasional

¡Que va!


Lo hicieron, a mi medida, yo serví, de inspiración

Y su música sentida, se clavó, en mi corazón

Ese bolero es mío, por, un derecho casual,

Porque, yo soy el motivo, de su tema, pasional

(Este bolero es mío- Mario de Jesús Báez).


O en este bolero de Tú me acostumbraste de Frank Domínguez:


Tú me acostumbraste

a todas esas cosas,

y tú me enseñaste

que son maravillosas.


Su estructura se orienta más hacía las sagas inglesas, que a las estructura de las coplas de los fandangos y burlerías españolas.


Resistencia

El bolero es eterno. Con sus historias de pasiones y desencuentros, podría caer fácilmente en la cursilería. Pero se resiste y permanece elegante a través de las décadas, gracias a sus raíces afrocubanas - el ritmo cadencioso de la percusión, las refinadas líneas melódicas del piano o el requinto, y el aterciopelado acompañamiento de saxos, trompetas y trombones.


Nació en Cuba, fue venerado y desarrollado en México, y de esos dos países se extendió por toda Latinoamérica, gracias a la infinita galería de cantantes que cayeron subyugados ante su embrujo. Más que otros géneros, el bolero posee una energía juvenil, un encanto que lo hace sonar fresco y vigente aún al pasar los años.


Conclusión

Pienso que el bolero está vivo, tiene vida para muchos años, tiene vida en todos los aires musicales que han querido adicionarlo a sus melodías, como en el caso del bolero –ranchera, el bolero balada, el bolero – champeta, el bolero porro o el bolero – vallenato, para mencionar los más cercanos a nosotros. Y tiene vida porque es quizás la melodía que más hechiza y más rompe el corazón, la canción cuyos versos sirven para enloquecer de amor, llevar felicidad y desgracias, pues ya lo dijo la señorita Olga Guillot: El bolero “Es una trampa, es una trampa que llega al corazón de una persona, sea hombre o mujer como un venablo candente, que lo puede resucitar o llevar a la muerte”, y en cierto sentido ella tiene razón.



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  1. Conferencia que debió leerse el día 20 de diciembre del año 2013 en el Auditorio del Museo de Arte Moderno de Cartagena. No se leyó en el sitio porque los organizadores nunca llegaron, no obstante con el poco público se realizó un conversatorio con buen tinto callejero en el baluarte de San Lázaro.

  2. Autor Pepe Guisar. Cancionero – Más de mil canciones para recordar de Carmencita Delgado de Rizo.

  3. Autor Don Gibson. Nombre original en inglés Can’t stop loving you y popularizada por Ray Charles.

  4. Autor Álvaro Carrillo (México, 1921-1969)

  5. Seudónimo de Leopoldo Alas, escritor español. La Regenta, novela, publicada entre 1884 y 1885.

  6. Novela de Benito Pérez Galdós, publicada en 1887, es una de las novelas más populares y famosas de esa época junto a La Regenta, representativas del realismo literario español.

  7. Novela de Benito Pérez Galdós, publicada en 1887, es una de las novelas más populares y famosas de esa época junto a La Regenta, representativas del realismo literario español

  8. Antonio Gumersindo Garay García, nació el 12 de abril de 1867 y murió el 17 de julio de 1968, en la ciudad de Santiago, en Cuba.

  9. http://www.revistacienciasociales.cl/archivos/revista19/pdf/rcs19_6.pdf

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