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COLONIA SIRIA LIBANESA EN LORICA Y CERCANÍAS

* Una obra que engrandece el alma de Santa Cruz de Lorica.

Como si fuese la mítica Caja de Pandora o la Maravillosa Lámpara de Aladino, de las leyendas orientales el libro Colonia Siria Libanesa en Lorica y sus Cercanías, de la autoría del investigador Alexis Jattin Torralvo, que debiera llevar el título de Genealogía[1], ya que al abrirse el telón, desde las primeras páginas y en las sucesivas se muestran imágenes de épocas pretéritas, en las que aparecen grupos de familias e imágenes individuales, miembros de generaciones pasadas que cimentarán la historia maravillosa de Santa Cruz de Lorica desde mediados del siglo XIX , cuando pisaron tierra hasta nuestros días, e iniciaron una de las más memorables Odiseas en la historia reciente de los pueblos colombianos.

La obra dedicada a su padre, Juan Eduardo Jattin Dumett, a quien sus amigos recuerdan como “un buen tipo” y con epígrafe de Gibran Kahlil Gibran, arbitrariamente podría estar dividida en dos Capítulos: el primero dedicado a la historia de los antiguos pobladores Zenúes, a la formación de Santa Cruz de Lorica, la llegada de colonizadores y de don Antonio de la Torre y Miranda, la identificación de sus primeros pobladores, el significativo papel en el desarrollo regional, especialmente de los pueblos de la Antigua Provincia de Cartagena, la migración y las vicisitudes del pueblo proveniente de Siria y del Líbano, que los nativos llamaron peyorativamente turco en alusión al imperio Otomano, su llegada a la Villa de Santa Cruz de Lorica y poblaciones aledañas, y el significativo papel que la migración siria libanesa jugaría en el desarrollo de muchas ciudades y pueblos del Caribe colombiano.


Y un segundo Capítulo de la densa obra, dedicado a los inmigrantes que llegaron a esa lejana población olvidada de la prepotente y siempre aristocrática Cartagena, pero no del Todopoderoso Alá, que venía inmerso en el alma de sus ancestros, para hacer de ella una de las Villas más promisorias en el contexto del Desarrollo de las ciudades intermedias en la Nación y especialmente en el Caribe colombiano y en cuyos textos el autor combina elementos históricos rebuscados en los anaqueles de baldas, plúteos y armarios de bibliotecas de oficinas del Estado o de instituciones religiosas a donde llegaban los inmigrantes y con lujos de detalles decían sus orígenes y procedencia, las progenies que de ellos se originaban, sus bienes y hasta sus propios pensamientos.


El contenido del libro es rico en detalles, pues el autor, como es costumbre de él, pues ya lo demostró en su opera prima “Torralvo un apellido con historia”, actúa como aquellos exégetas y amanuenses de la antigüedad, por un lado buscando y rebuscando detalles y más detalles de las huellas de los primeros pasos que dejaron los antepasados que provenían de la tierra prometida y por otro escribiendo e interpretando cada uno de los indicios que luchan por no sucumbir ante la voracidad del pasado y del olvido y perderse para siempre en la vorágine del remolino tiempo.


La obra, para la Colonia Siria libanesa en Lorica y sus Cercanías es un documento pródigo en datos históricos lo que permite encontrar detalles de las diferentes épocas por las cuales ha pasado la gente de Siria y del Líbano que llegaron a un territorio que para ellos fue como arribar a una segunda tierra prometida y donde, a pesar del celo de los nativos, muy pronto llegaron a confundirse y mezclarse con ellos, en sus costumbres, sus tradiciones, sus normas y a formar una unidad que forjarían una región notable por su desarrollo económico.


Es importante aclarar, que la llamada Antigua Provincia de Lorica, desde que fue sede del Gobernador en su condición de Capital del Partido del Sinú, fue apetecida por extranjeros que olfatearon su posición estratégica para la actividad mercantil entre Cartagena de Indias y el Golfo de Urabá, pues en 1859, la Corte Suprema del Estado Soberano de Bolívar, profirió sentencia contra José Cioló, alias Pachera, por haber dado muerte a los comerciantes de ciudadanía francesa, Marcos Sarech y Víctor Laurat, según lo cuenta Manuel Ezequiel Corrales en su Efemérides y Anales del Estado Soberano de Bolívar.

Nombres que son apellidos y apellidos que son nombres, aparecen en los largos listados en los que el autor demuestra que su investigación es seria y que la realizó con dedicación.

Aunque el autor se cuida sigilosamente de utilizar el término genealogía en el título, en la densidad de sus páginas, a medida que se pasa una hoja y otra hoja, y otra y otra y otra más, bullen los apellidos y los nombres de los patriarcas, con sus ancestros y sus descendencias, sus hijos y los hijos de los hijos, que dieron orígenes a familias prominentes en el contexto de la vida comercial, social y política en el ámbito Caribe. Pienso que el autor de la obra, Alexis de Jesús, de quien me plugo ser su amigo, para escribir el libro no hizo otra cosa que escarbar en las profundidades de sus ancestros, remontarse a tiempos pasados, recoger cada documento que le señalaban, para encontrar las raíces de los troncos de quienes con su esfuerzo y enjundia han dado Partida de Bautismo a Lorica en el contexto Nacional. Alexis por poco emula aquellos versículos narrados por Mateo y Lucas, que se inicia con la frase Jesús hijo de David, hijo de Abraham, hasta llegar a Jacob, padre de José, esposo de María. En total fueron 42 generaciones, que podrían ser unos 840 años, si se aceptara que entre hijos y padres transcurren 20 años.


La filiación, que en nuestros días podría ser un fósil más de los muchos que va dejando el inexorable tiempo, en las páginas de la obra, adquiere validez e importancia, pues son esos documentos desempolvados de folios que dormitaban en el rincón de San Alejo, los que tienen el peso de la investigación y que demuestran el acucioso y serio trabajo con que el autor realizó su labor de estudioso de esos documentos muchas veces inteligibles.


La filiación, que no es nueva, pues desde el Código de Hammurabi y posteriormente en el Derecho Quiritario, siempre se utilizó para establecer vínculos entre los miembros de un clan o de la familia, es en esencia uno de los elementos que cohesionan la obra de Alexis, pues además de mostrar copia de los Documentos investigados, relaciona, los troncos de cada familia, padre, madre, hijos e hijas, y las uniones de estos, como también el patrimonio que poseían.


Nombres que son apellidos y apellidos que son nombres, aparecen en los largos listados en los que el autor demuestra que su investigación es seria y que la realizó con dedicación. También las proles y los rumbos que tomaron y toman cada uno de los miembros de quienes hacían parte de la Colonia.


La obra Colonia Siria Libanesa en Lorica y sus Cercanías, tiene un alto valor, para la historia de la Villa de Santa Cruz, para su gente y para los descendientes de esas familias que llegaban desde el otro lado de la vida en busca de la Tierra Prometida. Es un trabajo que tiene una gran importancia para las familias, para conocer cómo fue que en medio de sus avatares y vicisitudes, vendiendo y comprando mercancías, recorriendo cada paraje, mezclando tradiciones y costumbres, sabores y etnias, y abriendo el alma de la colonia, con sus kibbes y echando al suelo el término de Colonia que en algunos casos se usaba como despectivo o excluyente.


Es valioso para el estudio de la formación, de la historia, de las familias, de los ascendientes y descendientes y de la identidad del pueblo de Lorica, porque el libro está escrito sin ninguna clase de mezquindad, petulancia y tampoco de egoísmo.


Las obras, todas las obras, tanto de historia como ficción, siempre tienen una intención, y el libro de Alexis de Jesús no iba a ser la excepción. El objetivo del libro está marcado en su título, cuyo tema es la Colonia Siria Libanesa en Lorica y sus Cercanías. Pero también es un punto de partida para otros investigadores que quieran apostarle a otras familias, nativas o foráneas que hayan contribuido con el Desarrollo de Lorica. En este sentido, además de mostrar el trabajo y el empuje de las familias que llegaron del llamado Lejano Oriente, busca estimular la investigación, estimular en otros estudiosos para que se metan de cabeza en las páginas de folios quemados por el tiempo para buscar las raíces de su propia identidad.


Sobre el autor, sobre mi excelso amigo Alexis de Jesus Jattin Torralvo, a quien conocí a través del Doctor Félix Manzur Jattin en Cartagena, en el XIII Parlamento Internacional de Escritores, podría decir mucho, podría hablar de él bastante, de sus conversaciones, de sus investigaciones, de sus obras, sin embargo solo quiero felicitarlo, por cuanto, quizás siguiendo los pasos de otros genealogista y guiado por la siempre infatigable Clío, ha pergeñado una obra seria, escrita con el lenguaje cotidiano del investigador que conoce su oficio, con la seriedad de la persona que sabe cuál es la ruta de la investigación, y la senda que debía seguir.


Solo me resta felicitarlo, guardando las proporciones, a medida que leía y leía cada hoja y veía el crecimiento y progreso que se manifestaba, recordaba la genealogía entera de los Buddenbrook, la obra de Thomas Mann, pues mientras en la novela la familia cada día cae en desgracia, en Lorica, las familias crecían, no solo en hijos y se volvían prolíficas, sino que también crecían en riqueza material y la espiritual. Y este libro, como la Caja de Pandora, o la Lámpara de Aladino, es un testimonio de ello.


_____________ [1] Nota leída en el Acto de presentación del libro “Colonia Siria y Libanesa en Lorica y sus Cercanías” de la autoría del Dr. Alexis Jattin Torralvo. Acto realizado en la Biblioteca “Bartolomé Calvo”. Cartagena, 26 de junio del año 2017.

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