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COLOMBIANOS QUE NECESITAN PROTECCIÓN Y DEMANDAN OPORTUNIDADES

* El lenguaje que se emplea trasciende las palabras.

¿Dónde está el respeto que merece la juventud colombiana? ¿Qué importancia dan a la niñez? ¿Consideran y son conscientes de que el presente del país es el resultado de las experiencias y emociones de muchos niños y jóvenes que han tenido que vivir en un país convulsionado marcado por la violencia, el dolor, las limitaciones y los estragos de más de 50 años de guerra?


Calificar a un ser humano como máquina es de por si es un despropósito de toda magnitud; qué falta de sensibilidad referirse de esa manera a personas que perdieron su vida en medio de un conflicto o están involucradas, voluntaria o no, en el; ¿esa es la manera cómo se concibe al hombre? Ni que decir si se trata de niños o jóvenes, sea la circunstancia que sea.


El lenguaje que se emplea trasciende las palabras, pone de manifiesto el valor que damos a las personas o a los hechos, el grado de compasión que nos inspira un hecho doloroso cargado de sufrimiento como es la muerte de un ser humano en un enfrentamiento. Una situación que no se puede comparar con un videojuego o ¿es qué la vida hoy se reduce a eso? ¿tu matas yo mato y al final hacemos la cuenta de cuántas fichas hemos eliminado? O peor aún, ¿por cuántos te he superado y esa es mi gran hazaña para seguir al siguiente nivel?

La crueldad ha dado lugar a brutalidades, monstruosidades, salvajadas y demás, que sus víctimas, del lado que sean, no pueden ser tratadas de manera insensible.

La guerra no es algo natural. La humanidad ha sufrido tantos horrores en el transcurso del tiempo, se han devastado naciones enteras, la humanidad ha padecido y se ha estremecido tanto por su cuenta, la crueldad ha dado lugar a brutalidades, monstruosidades, salvajadas y demás, que sus víctimas, del lado que sean, no pueden ser tratadas de manera insensible.


¿Qué puede resultar de tan aberrante expresión? Se hace necesario rechazar tan injusto tratamiento que, entre otros, desconoce la responsabilidad de brindar protección y oportunidades a los menores, no solo a quienes tienen la fortuna de acceder a los beneficios naturales como salud, alimentación, seguridad y educación sino a toda la población, porque es tan colombiano quien habita en las ciudades como aquellos que están ubicados en los lugares más remotos y vulnerables del país.


El mensaje de esperanza y confianza en la construcción de un mejor país requiere de elementos que brinden, especialmente a los jóvenes, la certeza de ser considerados parte importante de una comunidad en la que todos sus integrantes tienen cabida y oportunidades de desarrollo, donde no se discrimina a nadie porque todos son valiosos y en su diversidad se cifra el progreso de la nación.

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