Desde antes de la pandemia, quienes conocemos profundamente el actual sistema de salud, sabíamos que este es un sistema acabado, ineficaz, ineficiente, perverso, corrupto y más.
Hoy, atravesando la pandemia, esto se confirma y, por fin, lo conoce un poco más el común de la gente. De ñapa salen a relucir otros graves problemas anexos, uno de ellos es la deprimente, indigna e inconstitucional relación laboral de los médicos y demás profesionales involucrados en el área de la salud.
También queda claro, hasta ahora, la ausencia de liderazgo por parte del Estado, en cabeza del Ministro de Salud y su corte; por parte del presidente Iván Duque –de quien debo presumir qué tuvo y tiene buena fe en su actuar, ya que él no puede pensar como lo hacen los médicos preparados–. Sus alocuciones y sus acciones deben estar dirigidas por los asesores que deberían entender lo que estamos atravesando. Su error, pienso yo, es que esos asesores que lo rodean no tienen liderazgo y mucho menos el nivel intelectual y de manejo para estar a la altura que se requiere para articular las necesidades a las que estamos obligados para tener bajo control esta pandemia.
Entiendo, y para todos debe quedar absolutamente claro, que, al principio de la pandemia, cuando nos tomó por sorpresa, todo era desconocido, nadie estaba preparado para asumirla y conducirla perfectamente, había confusión por lo que se facilitó el surgimiento de una serie de equivocaciones involuntarias. Pero, a medida que pasó el tiempo con los eventos dados en otros países donde la pandemia fue antes que la nuestra y basados en las experiencias de las medidas adoptadas por estos para combatir al virus, el Gobierno debió aprender y rodearse de profesionales conocedores del problema de salud para buscar y poner en práctica las estrategias necesarias para la contención de la pandemia. El Ministro de Salud no debió rechazar las propuestas de apoyo de las diferentes entidades que agrupan especialidades médicas.
El Presidente debería asumir como líder único, un evento de esta magnitud. No puede dejar que siga en manos de cada gobernador, de cada alcalde. Se trata de una responsabilidad que a le corresponde a él como máximo líder de nuestro país. Insisto en que sus asesores médicos no están al nivel que corresponde, no está rodeado de las personas correctas para asesorarlo. Su discurso diario por televisión ha estado plagado de errores, quizás por los datos suministrados por quienes manipulan la información o desconocen la realidad.
El Ministro de Salud, que es Médico, tiene un grandísimo desconocimiento de la composición de una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Parecería que nunca pasó por una de ellas o peor aún, no tiene vergüenza y nos miente. En uno de sus apartes de una presentación televisiva (anexo video donde lo podrán escuchar y corroborar lo que anoto) nos dijo a todos los colombianos que habían preparados (con "cursos rápidos vía on-line") a 28.000 (veintiocho mil) profesionales y no profesionales, para ‘manejar’ las UCI. Esta alocución, quizás, alegró a millares de ciudadanos que desconocen los requerimientos en tiempo de estudio, sacrificios y dedicación para lograr la formación adecuada para poder llegar a una UCI y cuidar de los pacientes con absoluta responsabilidad.
Si es así de simple, de fácil y de rápido preparar profesionales para ‘manejar’ las UCI, podríamos darle en 120 horas educación a todos los colombianos, acabamos con el analfabetismo, todos tendrían garantizados su diploma de bachiller y los que son bachilleres podrían graduarse de la profesión que deseen, ingenieros, arquitectos, economistas, abogados, médicos u cualquier otra profesión. ¡Podría tratarse de un descubrimiento al que no se le ha dado el reconocimiento que se merece, y, quizás, el equivocado sea yo!
Parece desconocer el Ministro la composición exigente que requiere una Unidad de Cuidados Intensivos. Se le olvidó o nunca aprendió que además de los médicos se necesita de enfermera jefe de cuidados intensivos, auxiliares de enfermería, fisioterapeuta física y respiratoria, dietista… No todos los médicos podemos realizar esa función. Puede ser que se me pasen otros profesionales involucrados dentro del esquema requerido en las UCI.
Tampoco podemos olvidar que cada Intensivista puede ver un número limitado de pacientes. En esta pandemia, siendo benévolo en el análisis, asignaré 10 pacientes por cada intensivista y los turnos de estos serán de ocho (8) horas. Entonces, queda claro que para atender en una UCI a diez (10) pacientes durante las 24 horas, se requieren tres (3) Intensivistas porque cada uno trabaja OCHO horas seguidas. Léase bien, ¡TRES intensivistas por cada diez pacientes por día! Ni en Barranquilla, ni en ninguna ciudad de Colombia, hay intensivistas preparados para cubrir tantos pacientes con ventiladores. Entonces, vale preguntarle al Ministro, ¿en manos de quién están colocando a los pacientes que requieren ventiladores? ¿Acaso en manos de los 28.000 que mandó a preparar el Ministro? ¡Será esa una posible causa del incremento de letalidad?
Muchos médicos generales con voluntad de servicio, pero inexpertos, deben estar atendiendo pacientes sin tener siquiera la supervisión de quienes sí están preparados para hacerlo. Esto es una irresponsabilidad del gobierno.
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Nota: Anexo enlace relacionado con una nota previa, en la que propongo soluciones. No es grato criticar. Personalmente, no quisiera hacerlo, pero cuando corresponde, hay que hacerlo. No me quedo solamente en hacer críticas, también sugiero correctivos para tener bajo control esta pandemia y así poder lograr que se convierta en otro cuadro gripal más en nuestras vidas sin tener que esperar una vacuna.