El escenario es literalmente estelar, en medio de púlsares, quásares y rayos cósmicos. Es una Convención sideral de seres asombrosos que representan cada uno, a miles de millones de galaxias habitadas.
Es un evento imponente presenciado en vivo por billones de seres en todo el universo conocido.
Es un futuro tan avanzado, tan lejano, que los únicos seres humanos que hay, los de la tierra, los de menor inteligencia en todo el universo, han superado su soberbia, sus miedos, sus odios, sus venganzas, su codicia, su egoísmo, sus prejuicios, sus envidias, sus riquezas, sus pobrezas, sus hambres y sus guerras, por lo que les ha sido permitido ingresar al inmenso cosmos habitado por criaturas frágiles y seres poderosos que desde siempre coexisten en armonía. Los terrícolas han logrado integrarse con sociedades de verdad maravillosas: seres de fuego en estrellas encendidas, seres de hielo en asteroides congelados, seres alucinados en luceros apagados, seres líquidos en planetas derretidos, seres de arena en desiertos infinitos, seres de savia en junglas prodigiosas, seres diminutos, seres gigantescos, y de todos los tamaños, seres de todas las formas y de todos los colores.
Nuestro sol es uno entre 400.000 millones de astros de una galaxia que se llama Vía Láctea. Toda la galaxia tiene una dimensión de 90.000 años luz, lo que significa que la luz emplea ese tiempo para llegar de un extremo a otro de la galaxia.
Existen aproximadamente 100.000 millones de galaxias como la Vía Láctea en el universo y cada una de estas galaxias la componen miles de millones de astros.
Ninguna de las galaxias del universo está quieta. Todas se van alejando unas de otras a una enorme velocidad, es decir, el universo se expande.
Esa expansión del universo tiene una explicación: una vez hace miles de millones de años humanos, toda la materia del universo estaba concentrada en una pequeña zona. Esa masa era tan compacta que la gravedad la calentó descomunalmente. Finalmente llegó a ser tan caliente que estalló. Ese estallido es lo que los científicos de la tierra han dado en llamar 'Big Bang'.
La gran explosión hizo que toda la materia del universo fuese lanzada en todas direcciones, y conforme la materia se iba enfriando, se formaban estrellas y galaxias, lunas, soles y planetas. Debido a esa gran explosión, el universo sigue ampliándose, por eso el universo no tiene una geografía eterna. El universo es un acontecimiento, es una explosión.
Las galaxias vienen alejándose entre sí a gran velocidad, una posibilidad es que ese alejamiento sea eterno.
Pero también existe otra posibilidad: aunque el universo siga expandiéndose, la gravedad actúa en sentido contrario, y puede suceder que un día cuando las fuerzas de la gran explosión comiencen a menguar, quizá esa gravedad haga que los astros tiendan a reunirse otra vez, entonces tendremos una explosión a la inversa, lo que llamamos 'implosión'. Las distancias son tan enormes que esa ocurrencia parecerá en cámara lenta. Todas las galaxias volverán a ser absorbidas en un núcleo compacto. Y entonces vendrá otra vez una explosión, cumpliéndose las mismas leyes de la naturaleza.
Se pueden haber cumplido muchísimos ciclos y es posible que el universo se expanda y encoja eternamente.
Es una reunión de representantes de la Confederación Universal de Cuerpos Celestes, una Corporación que administra el cosmos habitado.
Se trata esta vez, de la definición de un tema fundamental que se investiga, referido a la expectativa de proyección de la existencia: la determinación con certeza científica de que las galaxias se alejan eternamente o el caso es el del perpetuo ciclo de explosiones e implosiones.
Y es ocasión de presentar una herramienta que se usará para tal fin. Un instrumento sorprendente que se ha venido desarrollando con el interés de todos. La operación, por fin, de un gran ordenador universal de capacidad inmensurable que cuenta con todos los programas, aplicaciones, ecuaciones y dispositivos existentes en ese gran futuro. Con un hardware dinámico que se diseña, se actualiza y se repara robóticamente a sí mismo. Con un software autoprogramable, que tiene la propiedad de la intuición y la opción de la investigación. Es un sistema al que supuestamente sólo falta un alma, un espíritu y que cuenta con opciones que abarcan, organizan, coordinan y controlan todas las actividades y entidades en la totalidad de los astros habitados: climas, fenómenos químicos, físicos y atmosféricos, recursos naturales, fuentes de energía, organización y disposición de deshechos, fundamentos vitales en cada astro habitado, (agua y oxígeno en la tierra), la industria y el comercio intergalácticos, la economía, las artes, los deportes, el turismo, el control de los 'agujeros negros', absolutamente todo.
El consejero presidente confederado a cargo, Kharak, representante de la Constelación Scutum, en uno de cuyos millones de planetas transcurre este suceso, emite unas señales protocolarias, que traducidas a billones de lenguajes, manifiestan la entrada en funcionamiento de semejante controlador universal, procediendo a darle vida con la energía generada por la gigantesca y poderosa estrella Uy Scuti, que pertenece a Scutum (un objeto hipotético que viajase a la velocidad de la luz tardaría cerca de siete horas humanas para viajar, orbitando a poca altura, alrededor de Uy Scuti, mientras, en las mismas condiciones serían 14.5 segundos para circundar el sol del sistema de la tierra).
Una vez activado el fantástico sistema, y como inauguración de sus labores, Kharak, dueño del acontecimiento, introduce en términos del ingenio una pregunta vital. Propone ante todo el universo, una inquietud definida previamente en el Consejo, curioso por saber la respuesta que dará el artefacto a la que se considera como la mayor incertidumbre que todos los seres han tenido desde siempre:
- ¿Existe Dios?
Fluye el proceso de la formidable inteligencia artificial. Es el planteamiento más complejo. Tras eternos instantes, se percibe en todo el universo un mensaje perverso de la máquina:
- ¡Ahora sí!
Kharak Intenta suprimir la inmensa energía con sus 47 tentáculos, pero cae fulminado por un espasmo cósmico.