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Trabajar y dejar trabajar


Nuevos aires vivimos, aires de cambio, un cambio marcado básicamente por las nuevas generaciones que independientemente han querido expresar su pensamiento y preferencias, lejos de las componendas que en el ayer marcaron el comportamiento de unos seguidores y unos colectivos que, enmarcados bajo un partido, un color o un nombre, señalaban las opciones por las que debían optar las personas.

Por supuesto las expectativas son muy grandes, la esperanza de quienes llegaron a ello, básicamente decepcionados por los evidentes casos de corrupción y manipulación que pusieron al descubierto las irregularidades, irrespetos y arbitrariedades con que han sido administrados los recursos de los colombianos.

El nuevo panorama trae grandes retos, no hay nada asegurado, ahora es cuando comienzan los desafíos que exigen, tanto de quienes lograron el favor electoral como de aquellos que no lo alcanzaron, un gran compromiso: enfocar sus acciones en sacar adelante al país. Contribuir desde su lugar u ocupación a construir la nueva Colombia.

No se valen los saboteos porque el país somos todos y todos seremos los afectados o beneficiados, por ello dejar trabajar y trabajar todos deberá ser la consigna; Construir no destruir, los comentarios destructores no ayudan en este despertar, lo que se requiere es actuar como defensores de la verdad y la justicia. Ejercer el control sobre quienes manejan o administran los dineros y recursos públicos será responsabilidad de todos.

La efervescencia del momento es importante para aprovecharla en favor de las nuevas acciones que se requieren para impulsar los cambios, organizar los equipos y dar vida a esos nuevos proyectos que han sido planeados como la estrategia para hacer de Colombia el país incluyente y participativo que brindará a sus habitantes mejores condiciones de vida y progreso.

El desafío no es fácil, hace muchos años que en nuestra patria las cosas se vienen dando de manera amañada por parte de personas quienes irrespetando los derechos de la población en general buscan obtener ganancias y beneficio particular. Ellas muy seguramente querrán continuar con sus prácticas, es de esperarse que quieran imponer sus métodos y costumbres para lograrlo. Es precisamente en estos momentos que se requiere una gran conciencia colectiva y social para impedirlo y no dejarse involucrar o contaminar aclarando que ahora la voluntad de los colombianos es que sus procedimientos sean claros y transparentes.

La reconciliación deberá estar enfocada en aportar y hacer equipo encontrando un objetivo común que priorice las necesidades de los colombianos, propenda por su desarrollo, cuide los recursos y proyecte una nueva y renovada imagen del país.

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