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Economía humana


"Su fortuna no le sirve de nada, pues no ayuda a nadie.

Tampoco él la disfruta, ni siquiera se da el gustazo

de pensar, ¡Ja, ja, ja! , que, algún día, nosotros seremos

quienes salgamos beneficiados".

Charles Dickens, 'Cuento de Navidad" (1843).

En primaria, mi profesora Mabel Fuentes, nos motivó a leer Cuento de navidad, la historia de un hombre avaro y egoísta llamado Ebenezer Scrooge, a quien no le importan los demás. Su vida eran los negocios y ganar dinero. Este triste personaje vive una transformación, tras ser visitado por una serie de fantasmas en nochebuena.

Las empresas y los empresarios, como Ebenezar, que tienen como prioridad producir dinero, llevándose a su paso lo que se tengan que llevar (personas, medio ambiente, valores), por ello, están llamadas a desaparecer. Una nueva ola de empresarios está buscando dar solución a problemas sociales y ambientales con innovadores modelos de negocios que son rentables. Son las empresas del Sistema B.

Este movimiento global tiene un propósito que mueve voluntades: cambiar la economía para volverla más humana.

“Trabajamos por una economía donde el éxito se mida por el bienestar de las personas, de las sociedades y la naturaleza” es el manifiesto.[1]

El objetivo es ir a la raíz del problema: ¿Qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera inequidad creciente, acaba el agua y otros recursos de la tierra, profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas?

Esta pregunta nos quedó sonando a quienes escuchamos la conferencia de Raj Sisodia, cofundador y copresidente del movimiento Capitalismo Consciente.

Sisodia fue el conferencista principal de Caribe Biz Forum 2019, evento que organizó la Cámara de Comercio de Barranquilla y dejo como principal conclusión: la necesidad de pensar en el bienestar de las personas como propósito final de las empresas.

Comparto mis apuntes:

  • La base de los equipos exitosos es la seguridad psicológica, por eso demórese, pero seleccione bien a quienes hacen parte de su empresa y esmérese en lograr que tengan buen manejo de emociones, confianza, sinergia, energía positiva, como lo quiera llamar, el asunto es que se lleven bien entre todos.

  • La rutina y el manejo del tiempo deben tener especial atención de nuestra parte, Lo que hacemos en el día a día determina nuestros resultados, Se recomienda dedicar nuestra jornada en un 70% al negocio principal, 20% a la innovación 10% a los asuntos diferentes.

Antes de iniciar una empresa debemos preguntarnos:

- ¿Cuál es el motor que nos mueve?

- ¿Qué fin tenemos?

- ¿Cómo podemos, con nuestra empresa, hacer feliz a los colaboradores y clientes?

- ¿Estamos dejando huellas o cicatrices en el equipo?

- ¿A quién le compramos?

Al escribir esta columna, observo una crítica a unos de los empresarios que apoya la iniciativa de pagar menos sueldo a los jóvenes que egresan de las universidades, esa idea no va en sintonía con el movimiento capitalismo consciente que busca hacer negocios de una manera corporativa, humana y positiva.

¿Qué pasaría si todos en el país nos proponemos consumir productos y servicios sólo de empresas del Sistema B? ¿Qué pasaría si sancionásemos 'moralmente' a las industrias que contaminan el medio ambiente? ¿Qué pasaría si dejáramos de consumir productos de empresas que explotan y tratan mal a sus empleados? ¿Cuántas personas critican a ese empresario y siguen utilizando los servicios de sus empresas?

Así como tenemos el poder de votar y cambiar a quienes nos gobiernan -el problema es que la mayoría no es consciente de ese poder- también tenemos poder con nuestras compras. Si nos unimos, si no compramos nada a las empresas que contaminan o explotan, ¿qué creen que podría pasar?

Tanto poder en nuestras manos y no hacemos consciencia de que unidos somos esos espíritus de la Navidad que logran volver bueno a Ebenezer Scrooge.

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[1] Consultar en https://sistemab.org/movimiento-global/.

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