top of page

Educación: tropiezo para aquellos a quienes no conviene el cambio


Queremos cambiar, avanzar, construir un mundo nuevo, incluyente y equilibrado. Esa es la base sobre la cual todos afirmamos que queremos la paz; algunos con decisión, otros con dudas, escepticismo por la manera de alcanzarla, por las implicaciones y emociones dolorosas que la violencia ha dejado en las personas y en las diferentes sociedades de nuestro país.

Gente pensante e instruida pueden hacer la diferencia a la hora de optar por una actitud proactiva hacia la construcción de esa Colombia diversa que cuida sus innumerables recursos, que controla y vigila la distribución del gasto público en busca de una equidad sin privilegios y beneficios particulares, que da cabida a todos y todas en las diferentes áreas del conocimiento, los deportes y la cultura, respetando los derechos de cada una de las personas que la integran.

¿Será que eso le importa a quienes solo buscan lucrarse de una nación golpeada, en todo sentido, a través de su historia? O ¿Será que si el desarrollo educativo y cultural de sus gentes avanza y se hace evidente la manipulación de unos pocos, se interpone a sus intereses? La respuesta a estos interrogantes es quizá la razón por la cual invertir en educación carece de importancia y más bien, resulta conveniente, mantener la atención de las personas en tratar de medio sobrevivir, apenas cubriendo las necesidades básicas de subsistencia como son la alimentación y la vivienda, alienando sus mentes con distractores como el licor, los vicios y con mensajes que incentiven la violencia, la apatía y el mínimo, casi nulo, deseo de superación.

Para la ambición de unos pocos las personas creativas, analíticas, investigativas resultan un tropiezo, se convierten en defensoras de los derechos, abanderadas de las causas injustas, activistas en defensa de los recursos naturales, los sistemas de salud, los trabajadores la educación pública y en general de todo aquello de lo que suelen aprovecharse los corruptos para mantener oprimido al pueblo y explotar en su favor el patrimonio que a todos pertenece.

Un magnífico escenario para involucrar a las personas ignorantes y ponerlas al servicio de sus propósitos es la guerra, el enfrentamiento de grupos armados, los que sin mayor conocimiento de los conflictos que abanderan, se dan a la tarea de atacarse unos a otros. Y, a su alrededor, las peores vejaciones y atrocidades que los humanos puedan vivir. Dolor, odio, venganza, enfermedades, ruina y sufrimientos quedan para quienes se ven involucrados y sus familias, creándose auténticas cadenas de sufrimiento cuyas historias han enmarañado a todos los colombianos.

bottom of page