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Elegir pensando en el mañana


El 27 de mayo, cuando acudamos a las urnas, elegiremos no sólo a una persona para que ocupe el solio Presidencial, sino un plan de Gobierno y una forma de acción estratégica que guiará al país por la senda seleccionada.

Entre el amplio abanico de candidatos podremos seleccionar a aquel cuyas propuestas coincidan con nuestros criterios y expectativas. ¿Para qué? Para ejercer el derecho al voto informado dándole respaldo democrático a las propuestas de preferencia.

¿Qué queremos para la Colombia del siglo XXI? ¿Qué país soñamos? ¿Qué pensamos de la justicia? ¿Del ejercicio de la política? ¿De la seguridad? ¿Del ambiente? ¿De la responsabilidad social? ¿De la equidad? ¿Del campo desarrollado? ¿De los derechos de las minorías? ¿De los derechos de las mayorías? ¿De la educación? ¿Del derecho al trabajo digno? ¿Del derecho a la vida digna? ¿Del derecho a la cultura y a la recreación? ¿Del calentamiento global? ¿De los recursos hídricos? ¿De la contratación pública? ¿De la tenencia de tierras –productivas o improductivas–? ¿Del Acuerdo de Paz con las Farc? ¿De las vidas salvadas desde que se firmó el Acuerdo? ¿De las víctimas que durante más de 50 años dejó conflicto armado? ¿Del narcotráfico como negocio trasnacional? ¿De la trata de personas? ¿Del centralismo administrativo? ¿Del hambre? ¿De la seguridad ciudadana? ¿De la violencia en las ciudades? ¿De la libertad de credo? ¿Del servicio militar obligatorio? ¿Del sistema penitenciario y los beneficios que ofrece la ley…?

Cada candidato ha formulado sus propuestas sobre algunos o varios de esos temas. Entre ellos los opcionados en las encuestas: Humberto de la Calle, Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Iván Duque y Germán Vargas Lleras. No opinaré sobre las mismas, porque creo que cada quien deberá hacer el análisis que le permita fortalecer o desvirtuar la opinión que se ha formado de cada candidato y de sus promesas de campaña.

Sea quien sea que resulte elegido –ya sea en la primera vuelta presidencial o en la segunda– la Nación deberá hallar fórmulas que permitan sanar las heridas causadas por la polarización ideológica y política, las mentiras, los odios, los resquemores, los desengaños y los miedos basados en la incertidumbre. Nadie sabe qué pasará en el futuro próximo o lejano, pero si podemos prever que nuestro candidato podría ser el gran triunfador o el gran derrotado. La tarea democrática para la ciudadanía será aceptar el resultado obtenido en las urnas. Gane o pierda mi candidato o el tuyo, será la oportunidad para apoyar a quien resulte elegido para que todas y cada una de las medidas a implementar redunden en beneficio colectivo, sin discriminaciones.

Por supuesto, es un llamado a la civilidad en medio del diluvio de denuncias relacionadas con la compra de votos y ‘compra’ de funcionarios que desde la Registraduría pudieron, pueden o podrían cambiar los resultados obtenidos en las urnas. Para ello, se exige a las autoridades judiciales investigar, probar y sancionar a quienes resulten responsables de los actos contra la democracia.

Lo que menos puede generarse para el país es un largo camino de discordias infinitas. Insisto una vez en la necesidad de lograr un acuerdo que permita consolidarnos como sociedad sin que se ahonden –aún más– las diferencias. Un acuerdo que nos facilite priorizar qué y para qué funcionamos como colectividad, y que los postulados de equidad, justicia y desarrollo social sean priorizados a la hora de definir consensos.

Construyamos un acuerdo que nos permita identificar lo que nos une, pero –sobre todo– identificar qué es lo fundamental para la Nación. El respeto a la vida y a la dignidad del ser humano en el tránsito hacia la paz. Una paz real, una paz cercana a todos y a todas. Una paz interiorizada en una Colombia que clama transformaciones sociales urgentes. Una Colombia en la que todas las corrientes políticas y filosóficas tengan cabida, sin exclusiones. Con respeto al disenso y a las diferencias.

Elegir es un derecho. Esta es una invitación para que el domingo 27 de mayo prioricemos el deber democrático de votar. Votemos pensando en el mañana de nuestra Colombia.

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