No todo cuanto sucede obedece al proceso de paz, si bien los acuerdos y el desarrollo alcanzado se proyectarán en los diferentes ámbitos del acontecer nacional, no es necesariamente cierto que todo cuanto ocurre se deba a él.
Es bueno y oportuno dar una justa medida a los diferentes acontecimientos del país para no caer en el juego de quienes buscan protagonismo y sensacionalismo con desinformación y malversación de la actividad en torno a su desarrollo, desconociendo que se trata de un nuevo país que debemos construir entre todos.
Indudablemente, como se trata de un interés común, es bueno y conveniente permanecer alertas, máxime con el historial de corrupción que han registrado las diferentes corrientes que operan en el país y cuya erradicación se ha convertido en el “caballito de batalla” de unos y otros, al punto de que los grupos de reconocida incursión en esta nefasta práctica, hoy se presentan con gran cinismo como abanderados de la causa.
Las cifras que registran las pérdidas que el país afronta por cuenta de la corrupción son realmente aterradoras, por ello se hace necesario adoptar posiciones y acciones que superen la denuncia y propicien cambios que impidan a los inescrupulosos continuar ejerciendo la corrupción y con ello desviando los recursos de la salud, educación, bienestar y cultura que requieren los habitantes de Colombia.
El nuevo país está a las puertas de nuevas actitudes y procedimientos hacia los recursos de los damnificados, los campesinos, los niños, las comunidades indígenas, la población mayor, los gremios y en fin, de todas sus gentes. La realidad de Colombia exige de todos grandes esfuerzos, nuevas actitudes, compromisos de solidaridad, emprendimiento, vigilancia y control.
Darle vida al nuevo país es una responsabilidad que a todos compete, para ello se hace necesario tomar acciones más efectivas que manifestar la indignación que la corrupción e injusticias nos produce. Trabajar por Colombia significa emprender acciones que la desarrollen y la cuiden con valentía para bien de todos sus integrantes y ejercer nuestros derechos con independencia y sensatez.
Cada uno tiene la posibilidad de actuar y con ello participar de este gran reto que el país afronta: la construcción de la nueva Colombia.