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La generación de la paz


AIDA RIVERA FRANCO*

Apreciados estudiantes de la promoción 2017, directivas y profesores, padres e invitados:

Hoy 30 de junio celebramos un momento muy esperado por estos 25 jóvenes, como es terminar su primera etapa de educación y formación.

Están cerrando el primer ciclo académico, evento paralelo al que estamos viviendo en Colombia, pues después de 52 años de violencia interna con los grupos guerrilleros, estamos empezando a ver los arreboles de un amanecer distinto, desafiante y esperanzador que el país merece, que todos nosotros merecemos y que las generaciones por venir también merecen.

El acuerdo sobre el fin del conflicto armado, el cual seguramente muchas de las personas acá presentes, ha leído en su totalidad o algunos apartes, es el gran salto para cerrar este ciclo de guerra. Pero no sólo es la paz, claramente es sólo el primer paso, importantísimo por supuesto, pero se requiere recorrer un camino permanentemente que garantice el fin del conflicto y en ese camino estarán ustedes, queridos bachilleres, aportando con su positivismo, con su actitud, con sus valores para hacer realidad estos acuerdos.

Mi mensaje para hoy, teniendo en cuenta algunas palabras del padre Francisco de Roux, está relacionado con la humildad ante la Paz, pues hay que ser humildes ante la Paz, pues ésta nos necesita a todos, la construimos todos y de las decisiones que tomemos, nos llevará a ser humildes con la Paz. Se preguntarán ¿cómo? Pues bien, quiero que al terminar esta ceremonia quede en sus corazones y mentes, estas cuatro decisiones que son importantes para sus vidas:

1. La decisión de perdonar tanto dolor que la guerra causó a miles de personas, seguramente acá en la cómoda Bogotá es fácil tomar la decisión de perdonar, pero para que este anhelo de paz se cumpla, hay que ser humildes para perdonar. Por ello los invito a perdonar al que nos agredió, a quien nos insultó, a quien nos maltrató.

2. La decisión de reconciliarnos, lo que significa convivir con el otro, como iguales, como colombianos, como seres humanos, comprometidos con esta causa como es el compromiso por la Paz.

Hay que ser humildes para acoger y retomar amistades que alguna vez nos hicieron sufrir.

3. La decisión de servir, de servir a su comunidad, a su país Colombia, a quien no nos pida la ayuda pero que necesita de nosotros, a quien conocemos y a quienes desconocemos. Hay que ser humildes para servir al otro. Es nuestro compromiso para devolverle al país todo lo que hemos recibido en oportunidades de estudio, de trabajo, del uso de los recursos naturales. Ustedes han sido niños y jóvenes privilegiados.

4. Por último, la decisión de comprometernos. Medírsele a la Paz, requiere de nuestra voluntad, de nuestro compromiso, entender que nuestra vida tiene sentido si somos lo suficientemente humildes para servirle a la Paz desde nuestro trabajo y principalmente desde nuestro ejemplo.

Estas reflexiones mis queridos estudiantes de la Promoción 2017, son las que les quiero dejar hoy en su ceremonia de graduación. Ninguno de los aquí presentes había tenido un mejor momento histórico para entender el valor de la Paz.

Todos hemos vivido momentos muy tristes en estos años de guerra, momentos en que la luz de la esperanza fue muy tenue, pero siempre se mantuvo esa llama y hoy, como el Ave Fénix, surge desde las cenizas para darnos a todos la oportunidad de hacer Paz, de dar Paz, de vivir en Paz.

Esto significa para un colombiano como ustedes que termina hoy su bachillerato, la oportunidad sin igual de ser los mejores siempre, de hacer todo bien desde el inicio, de no dejarse tentar por el facilismo ni la corrupción, de mantener una preparación universitaria de alta calidad para poder tomar las mejores decisiones en beneficio propio y de los demás.

Hace 13 años aproximadamente un millón de niños colombianos de seis añitos ingresaron a estudiar en Transición, como ustedes, en colegios grandes, pequeños, urbanos, rurales, públicos, privados, con gran o poca calidad educativa, con muchos o pocos compañeros, con buenos maestros o menos.

Hoy, calculo, sólo el 50 por ciento se está graduando, la mitad se quedó en el camino, posiblemente porque se aburrieron, no fueron tan felices como ustedes en su colegio, porque no tuvieron maestros preocupados por ellos como los que existen en el Clermont, o porque la guerra interna se los llevó a las montañas, o porque les tocó trabajar para sobrevivir.

Sus vidas nunca serán como las de ustedes, no podrán tener la posibilidad de estudiar en una universidad y su futuro laboral será limitado.

Ustedes queridos bachilleres, tienen entonces que “sacar la cara” por ellos, por quienes no tuvieron esta incomparable oportunidad de graduarse de uno de los 50 mejores colegios de Colombia en los resultados de las Pruebas Saber, quinto lugar en Bogotá en el Índice Sintético de la Calidad Educativa y el primero en Colombia en cariño y afecto para sus estudiantes.

Ustedes son la generación de la Paz y para todos los aquí presentes, el mayor desafío que la vida no ha puesto como padres, educadores, estudiantes y como colombianos.

Como dice el himno de nuestro colegio, el Clermont estará siempre en sus corazones dándoles energía y guiándolos con todas las enseñanzas para su vida futura, para que tomen las decisiones de paz que les he recomendado, para que sean empáticos y amen y disfruten la carrera profesional de la que han decidido vivir.

El respeto y la lealtad, la sencillez y la humildad, llevar el nombre del Clermont con orgullo y dignidad será su sello como la Generación de la Paz.

Muchas gracias.

* Palabras pronunciadas por Aída Rivera Franco, rectora del Colegio Bilingüe Clermont,

durante la Ceremonia de grado de la Promoción 2017.

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