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Verdad


Dejemos algo en claro de una vez por todas: he dedicado mi vida y mi carrera a buscar caminos para construir y legar a mi descendencia un país mejor que el que nos tocó vivir. Las acusaciones soterradas que lanzan algunos contra quienes hacemos críticas, planteamos objeciones al “mejor acuerdo del mundo” y de paso nos rotulan como enemigos de ‘La Paz’, es un insulto intolerable que ya es hora de que cese.

Dejen la bobada: están disparando para el lado que no es. El “lado correcto de la historia” no lo define la pasión por una convicción ni la vanidosa satisfacción de un interés personal, sino el análisis serio, profundo y propositivo de todo un contexto. Si el proceso de paz no resiste críticas, difícil será construir una paz nacional sobre acuerdos tan discutibles.

Pasando a temas más trascendentales, dos entrevistas llenaron los medios el domingo pasado. La del Vicepresidente Naranjo es otro insulto, esta vez a la inteligencia. En ella se acude otra vez al expediente de meter miedo, con la tesis de que la falta de reconocimiento del conflicto armado hace inviable cualquier negociación política y la única opción que queda es el 'exterminio'.

Produce honda impresión que una persona de su experiencia afirme semejante despropósito, más aún cuando desde su posición de Director de la Policía pudo encontrar la manera de no ‘exterminar’ a varios capos y honrar así los acuerdos de cooperación y extradición con los Estados Unidos. Gracias a su gestión, hay varios narcos cumpliendo largas sentencias en cárceles norteamericanas. Y también hay que decir que por cuenta de ella, algunos aprovecharon para volarse. No todo se puede.

El General sabe perfectamente que la existencia de un conflicto armado sólo depende de unas causas objetivas muy concretas y no de un reconocimiento político, salvo que se quiera modificar el estatuto jurídico de las partes enfrentadas. Él sabe que cumplidos esos requisitos, siempre se puede negociar políticamente con el adversario. Y debería saber también que ello no implica de ninguna manera derogar o violar la constitución de un país, ni negociar la institucionalidad, ni ignorar la voluntad popular.

Hay que decirle con claridad al General Vicepresidente, sin odios, vanidades o apasionamientos, que hoy el gran tema de fondo es cómo construir una paz que evite llevarnos a la guerra otra vez. Eso, General, se llama coherencia.

Resulta incomprensible la queja del presidente Santos en la otra entrevista, cuando cita al Gran Presidente Jefferson (“La Presidencia es una espléndida miseria donde se pierden amigos todos los días y se sufren traiciones cada día de por medio”), sin verse al espejo. Si lo hiciera, reconocería a aquel que evitaba tomar decisiones operacionales difíciles planteadas por los mandos militares, porque tenía un jefe que sí las respaldaba a toda costa. Jefe que le puso todo para que llegara a la “espléndida miseria” donde hoy está sentado, al que traicionó y que sólo le puso la cara para “ponerle conejo” después.

La historia enseña que la verdad es la primera víctima de la guerra y que también tiene múltiples facetas, dependiendo a quien le convenga. La excusa perfecta de “parar la balacera” usada por quienes parecen resueltos a venderle el alma al diablo, los hacen parecer más interesados en ocultar verdades evidentes que en dotar de transparencia el proceso.

NADIE en este país está en contra de que los violentos entreguen sus armas. Lo que no se entiende es que la verificación de la entrega sea asunto exclusivo de la ONU y las Farc (sin el Gobierno, sin escrutinio alguno) y que las cuentas de las armas dependan de los mismos que las entregan.

La ONU sólo da fe de lo que ve y de lo que le entregan en el marco de su mandato. ¿Habrá posibilidad de que el Mecanismo ONU le entregue a Medicina Legal los elementos de análisis de balística para contribuir a la construcción de la Verdad, antes de que las destruyan? ¿El gobierno aceptará un mecanismo de protección de pruebas similar al de la Resolución A/RES/71/248 aprobada para el caso de Siria? Es difícil, pero no imposible.

Mientras tanto, medio millar de milicianos se niegan a concentrarse en las Zonas Veredales, aun estando relacionados en los listados entregados. Algunos pretenden regresar a sus áreas de influencia con su certificado de amnistiados, con el mismo descaro de Pedro Luis Zuleta, alias “el inválido”, quien intentó salirse de la Zona Veredal de La Elvira sin importar las órdenes de captura y extradición vigentes en su contra. ¿Cuántos mas hay así?

La historia es cíclica, pero hay momentos clave: decidir a conciencia en 2018 es la única oportunidad que tenemos para recuperar nuestra Democracia Republicana y librarnos del tal “gobierno de transición”.

Ñapa: El Día del Padre fui testigo presencial de la infinita soledad del presidente en el Centro Andino. Si fueron 10 no fueron 15 los lagartos que se arrimaron a sacarse ‘la selfie pa’l Feis’. Le dio la vuelta completa a la Plazoleta de Comidas y no hubo aplausos ni exclamaciones y fueron escasos los gestos amables de la concurrencia. Se fue con Esteban antes de la vigilia por las víctimas. Ese es su legado.

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