Teníamos pensado hacer entrega de la segunda parte de nuestro articulo relacionado con los acuerdos de paz suscritos con las Farc y su relación con la responsabilidad de los jefes y superiores como se establece en el Estatuto de Roma, pero en días pasados se suscitó una gran controversia alrededor de la votación adelantada en la comisión primera de la Cámara de Representantes frente al proyecto impulsado por la senadora Viviane Morales de adelantar un referendo sobre el tema de la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo, lo que nos obliga a realizar unas reflexiones sobre la injerencia de la religión en dichos temas, en nuestra próxima entrega terminaré la labor iniciada en torno al Acuerdo de Paz.
Según el Evangelio de Mateo (Mt 22:21), Jesús el hijo de Dios enviado por esté a la Tierra en su momento dijo: “…ENTONCES LES REPLICO: PUES DAD A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS”, con esta frase siempre se ha querido significar la distinción que debe existir entre los asuntos terrenales y aquellos de carácter espiritual marcándose una clara diferencia entre unos y otros.
Hasta hace algo más de 25 años bajo el amparo de la Constitución de 1886 se tenía claramente determinado que Colombia era un Estado que profesaba la religión Católica, siendo ésta la única reconocida y autorizada, tanto así que no era bien visto a nivel social que se profesaran otras creencias religiosas y siempre estas se relacionaban con ciertas clases sociales de muy poco recibo.
No se puede ocultar que como estaban planteadas las relaciones entre Estado y la Iglesia Católica esta última tuvo en ciertos episodios de la vida nacional una gran injerencia en asuntos que no se podían en ningún momento tener como asuntos de carácter espiritual sino por el contrario eran asuntos muy del orden terrenal como lo fueron en su momento los fuertes debates que se dieron entorno del divorcio, al matrimonio civil y a la igualdad de derechos para hijos nacidos fuera de los matrimonios o mal llamados hijos naturales. Todo esto se pensó culminaría con la promulgación de la Constitución de 1991 la cual estableció de forma clara que el Estado colombiano era un Estado Laico donde se respetaba la libertad y diversidad de cultos y que todas las confesiones religiosas e iglesias tendrían los mismos Derechos y obligaciones (Art. 19 C.N.). Pero la Constitución colombiana fue más allá y no conforme con garantizar la libertad de cultos le garantizó a todas las personas la posibilidad de profesar libremente su credo religioso y poder difundir dicho credo de forma individual o colectiva. Y fue ahí, en mi humilde criterio que el remedio fue peor que la enfermedad ya que al amparo de este giro en la Constitución a partir de 1991 una serie de cultos y religiones diferentes a la Católica han venido tomando un preponderancia a nivel nacional que nunca hubieran podido tener bajo la vigencia de la anterior Constitución, preponderancia esta que se ve reflejada en el hecho de querer incidir en muchos temas que como ya dijimos no son de carácter espiritual o religioso sino por el contrario son de un carácter muy terrenal o mundano si se me permite la expresión. Lo primero que debemos decir es que brindada la posibilidad de difundir el credo religioso de forma individual o colectivo en Colombia se presentó y se sigue presentando una hiperinflación de iglesias y credos religiosos de toda índole desde las mal llamadas de garaje hasta aquellas que cuentan con toda una estructura que las apalanca y las protege. Hoy en todos los barrios de nuestro país existen entre dos o tres iglesias no católicas que son dirigidas por pastores que tienen a su haber un buen número de seguidores que acuden puntualmente a los cultos programados, aun mas pastores de otros países como Brasil, Perú, Corea del Sur han terminado en nuestro país adelantando su misión pastoral sin que nada ni nadie se los impida. Y dicha hiperinflación tiene como origen un hecho que todos conocemos pero que no hemos entrado a discutir y este es las fuertes sumas de dinero que se mueven en dichas iglesias o congregaciones las cuales al ser igualadas a la iglesia Católica están exentas de pagar tributos, siendo entonces un ‘negocio’ donde la utilidad no debe ser compartida con el Estado vía impuestos. Y utilizo el término ‘negocio’ por qué es increíble pero cierto el hecho que en la mayoría de estas iglesias o congregaciones todos sus seguidores deben aportar económicamente aquello conocido como el ‘diezmo’ y quien no lo haga es invitado a que abandone dicha iglesia ya que no es rentable su permanencia en la misma, “negocio” por qué es cierto que ya en muchas de estas iglesias en el momento en que se está predicando y donde acuden la mayoría de sus seguidores aparecen por obra y gracia del pastor y de quienes dirigen a la iglesia las personas encargadas de recaudar el diezmo hasta con ‘DATAFONO’, como en cualquier ‘negocio’ para que el seguidor no pueda excusarse en el hecho de que no cuenta con efectivo ya que mediante un ‘TARJETAZO’ puede ponerse en paz con dios a través de su pastor.
Muchas de estas iglesias en un día Domingo, día de mayor afluencia de sus seguidores, pueden tener hasta 100 de estos aparaticos con los cuales las personas pueden hacer sus aportes económicos directamente desde sus cuentas como si estuvieran pagando por un producto o consumo, o al final del día se pueden ver los carros de las empresas transportadoras de valores recogiendo el producido en efectivo del día como en cualquier “negocio”, sería muy bueno preguntarle a los bancos que cifras económicas manejan estas iglesias y tengan la seguridad que nos llevaríamos una gran sorpresa. Pero dichas iglesias y sus pastores no conformes de contar con un amparo que les brinda la Constitución Nacional y que les ha permitido una prosperidad económica alarmante han decido avanzar en otro frente que para ellos es muy importante y este es el de tener una injerencia directa en la política y en temas que para ellos son de importancia.
Y es por eso que los hemos visto opinando en una diversidad de temas que nada tienen que ver con su labor pastoral y que están enmarcados en el desarrollo de esa Constitución amplia, pluralista, de amparo y de libertades a minorías que les dio a ellos la posibilidad de existir pero que hoy en día no se acuerdan de que así fue. Ellos las iglesias diferentes a la católica eran minoría y fue esta Constitución la que las protegió de esas mayorías católicas que existían en Colombia y fue de esta forma que pudieron prosperar en nuestro país y pasar de ser minorías o ser lo que son hoy en día un grupo de presión muy respetable en el panorama nacional; Ya que no podemos desconocer ni desmeritar su importancia la cual quedo demostrada en un hecho significativo como lo fue que el referendo del pasado 02 de Octubre de 2016 lo perdió el Gobierno Nacional por no haber tenido de su lado a las Iglesias y obvio a sus pastores Pues bien, estas iglesias pretenden que en nuestro país se legisle y se decida no teniendo en cuenta los enunciados de la Constitución de 1991 sino por el contrario que sea la Biblia (y en muchos casos la Biblia de la congregación que hace la presión que no es igual a la Biblia de las otras congregaciones o de la Biblia de la religión católica) la que guie el desarrolle legislativo de nuestro País. Es lamentable y preocupante a la vez que un representante a la Cámara quien juro defender y acatar la Constitución y las Leyes de nuestro país diga en una intervención trasmitida por todos los medios de comunicación que sus decisiones no las basa en estas dos fuentes legales, sino que por el contrario es la Biblia la que guía la toma de sus decisiones, podrá sonar muy bonito para un sector de sus electores, pero creo que ese actuar raya hasta en lo delincuencial. Constitución o Biblia va a ser un debate muy importante que se va a presentar en los próximos meses y que muy seguramente va a ser abordado por varios de los candidatos a la Presidencia de nuestro país y dichas Iglesias con sus pastores a la cabeza van a aprovechar el momento vendiendo muy caro su respaldo a uno u otro candidato. Lo que no podemos olvidar, no debemos olvidar, es que como dijo Jesús, lo del César es del César y lo de Dios es de Dios, ya que si permitimos que esto se confunda y todo sea lo mismo corremos el grave peligro de quedar convertido en un Estado Fundamentalista, estilo Estados Islámicos guiados en todas sus actuaciones por lo que dice el Corán es decir que sean las leyes divinas las que guían al Estado y no aquellas que surgen del ejercicio de la Democracia. Preocupa que al momento de escribir estas líneas sepamos que ya hace parte de la Corte Constitucional un afamado profesor constitucionalista que ha declarado pertenecer a una de estas Iglesias Cristianas y de cual esperamos prevalezca más su respeto y amor a la Constitución de 1991 que sus creencias de carácter religioso y que no tengamos que confirmar lo que ya alguien se aventuró a decir cuando manifestó que el magistrado Bernal Pulido era de los que creían firmemente que los dinosaurios se habían extinguido de la faz de la tierra porque no habían cabido en el arca que construyo Noé.