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Mujer y Poder

Por CLAUDIA PATRICIA ROBLES

/ Especial para CIUDAD PAZ

Hoy escribo sobre la mujer y su poder, sobre Pablo Armero, su compañera y Andrea Guerrero. Empiezo diciendo que muy mal lo de Armero, ninguna agresión es tolerable. Toda manifestación agresiva sobre un humano es, desde cualquier punto, reprochable.

Pero esto no solo le aplica a Armero en su actuar, también aplica a las expresiones violentas en contra de este jugador, pues si bien es cierto que protagonizó un episodio de agresión en contra de su compañera, también es cierto que ella -por cualquier razón- permitió que la actuación de su esposo no recibiera la sanción que los demás esperamos. Pero, nadie ajeno a ellos sabe las circunstancias, los pormenores y los hechos alrededor de la agresión, como de la omisión de denuncia.

Ahora, en cuanto a la periodista que cuestionó la presencia de Armero en la Selección, son igualmente reprochables las faltas de respeto, amenazas e improperios en su contra... Precísamente, aquí es donde hablo del poder de la mujer.

Conocidas mundialmente como el sexo débil, hemos sido empoderadas con diversas formas de protección tanto sociales como legales e institucionales, de suerte que cada acontecimiento en nuestra contra nos brinda un sinnúmero de elementos de protección de los que podemos hacer uso... Pero, que no los usemos, no puede revertirse en una condena peor para el agresor. Es decir, si a usted la agreden, pero calla y tapa, empieza usted a ser corresponsable en la violencia... Y esto aplica para todas...

Puede que perdone, o puede que dé al agresor la oportunidad de redimirse en privado y sin la intervención de autoridades, y si esa es su decisión, no espere una manifestación nacional en su favor, pues fue SU decisión renunciar a la protección y al poder que le dieron y que se consiguió con no pocas luchas.

Ahora, si es un asunto de perdón, chévere. En ese orden, todos deberíamos perdonar a SU agresor, porque usted que fue la afectada, ya lo hizo. Pero si es por causas ajenas al perdón, no está bien que mientras usted calla y tapa, nosotros explotemos en quejas y rabietas generando más violencia, para lograr que se le dé algo que usted ya rechazó... Esto, solo usted lo sabe...

La periodista, la compañera y todas las mujeres contamos con la mentada protección, además de la unidad nacional en juicio del reproche. Así que, ¡usémosla! Para algo fue que nos la dieron. (Esperando que ella -o la mujer que sea víctima de violencia- denuncie y haga seguimiento a su caso. El asunto no es solo salir en titulares de prensa).

Sin embargo, en tanto omitamos denunciar, no cobremos un precio adicional al que nosotras mismas renunciamos. Por mi, si fue un acto de perdón, allá Armero y su compañera.

En mi criterio personal, ninguna incidencia en esto tiene la convocatoria al partido de la Selección. “Cada loro en su estaca” y cada competencia administrativa en cabeza de quien la tenga.

No porque se cascaron y se perdonaron el jugador debe dejar de jugar fútbol, así como tampoco porque se cascaron y se perdonaron, nosotros tenemos que rasgarnos las vestiduras...

Como dije, si teniendo la forma de hacer efectiva la sanción, se hacen ‘los de las gafas’... Allá ellos. No nos hagamos las víctimas, cuando siéndolo ¡nos hacemos las locas!

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