Son repudiables los ataques terroristas que se han perpetrado contra la policía nacional, es innegable la labor que cumplen los uniformados en pro de la convivencia y la seguridad ciudadana en todo el territorio nacional.
Con el actuar terrorista de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) deja ver que el plano de la paz y del país en paz que ha venido vendiendo el gobierno de Juan Manuel Santos está lejos, pero muy lejos de llegar esa paz estable y duradera que al parecer se le está desmoronando antes de culminar su mandato. Esperemos que no.
Tres ataques a los uniformados en menos de 24 horas dejan ver que tenemos una seguridad débil y puede ser que se haya bajado la guardia pensando que la paz a la cual se hace tanto alarde, es total, mientras el gobierno y cabecillas de la guerrilla se preparaban para el inicio del quinto siclo de negociaciones, los militantes de la organización guerrillera se preparaban para matar.
La solución que presentó el presidente es equívoca. No es levantándose de la mesa que se soluciona el conflicto, si realmente cree que la paz se logra por medio del dialogo como lo ha hecho durante los 8 años de gobierno, ¿por qué dejarle esa responsabilidad a quien será su sucesor? Y más aun cando los detractores están a la orden del día. Las equivocaciones de la guerrilla con los atentados pueden convertirse en fortalezas para avanzar de manera rápida en los diálogos, entre más pronto se llegue a los acuerdos, menos muertos tendremos en el país a causa de la guerra, que el Nobel de paz sea una herramienta para mostrarse pacífico y no todo lo contrario, a decir verdad, ese actuar del señor residente confunde a cualquiera, a mí me sorprende, aunque siempre he estado en desacuerdo de la forma en que se negoció la paz con las Farc, pero él, se ha sostenido durante todo su gobierno en ser hombre de paz y, no es bueno ni para su desgastada imagen ni para los colombianos, que de buenas a primeras trate de mostrar garras, a estas alturas del partido debe es avanzar en vez de pretender mostrarse fuerte, lo que no se hizo durante ocho años no se hará en siete meses a menos que se siga en los diálogos.
Los atentados del pasado fin de semana además de costarle la vida a siete uniformados, también le restará credibilidad al Gobierno y más aun con la suspensión de los diálogos con ese grupo insurgente, la salida del Presidente fue apresurada ya que una cosa es condenar los actos terroristas y otra renunciar parcialmente a un acuerdo en mesa de diálogos.
Por otra parte, se hace necesario que los comandantes de las unidades estén más alertas con respecto a la seguridad, no solamente de sus tropas, sino de todos los ciudadanos y evitar que este tipo de actos sigan afectando las instituciones, podemos llegar a una paz total, con todos los grupos al margen de la ley, podemos llegar a tener un país donde quepamos todos y tener menos muertos, más inversión en educación y menos para la guerra y la defensa, podemos soñar con una paz completa, llegar a acuerdos funcionales y convivir en armonía.
Como diría Pacifico Cabrera, “La paz sea con usted Colombia”, y ojalá no lo abandone a usted señor Presidente.