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¿Cuáles extintas?


Como dije en mi columna anterior, las “guerras híbridas” pretenden desestabilizar un estado funcional mediante la polarización radical de la sociedad que, aplicando presión política, legislativa, judicial, social y mediática, y dosificada violencia subversiva, impidan distinguir entre un estado de guerra y de paz. Recabo este concepto para analizar el sainete de Márquez, El Paisa, Romaña, John 40 y Santrichi desde la dizque “nueva Marquetalia”.

El manifiesto de lo que equivocadamente se ha venido a llamar “las nuevas Farc” no es sorpresa para nadie. Son las mismas, con la misma verborrea populista, con la misma financiación ilegal y con el mismo armamento que usaban antes de concentrarse (sólo miren el del Paisa).

Los cambios en la estrategia son mínimos: el uniforme venezolano de Márquez y el planteamiento de táctico limitado a objetivos de la “oligarquía”, junto con la exótica invitación a las FFMM para que les permita actuar en completa impunidad, son los “nuevos-viejos” elementos con los que hicieron alarde en ambos videos. ¿Burda copia de la estrategia “elena” de asesinatos selectivos llevada a unos centros de poder que ahora conocen? Así lo había avisado varias veces Santos en distintos escenarios desde la campaña del SÍ al Plebiscito, esa que perdió en las urnas pero benefició a sus amigos, que ya pueden “celebrar” su primer muerto: el mismo día del “manifiesto”, el frente 28 aceptó en otro vídeo un asesinato en pleno centro de Paz de Ariporo.

La farsa cumplió con su objetivo: distraer, llenar de humo el circo y volver a poner a las Farc en medio del escenario político y mediático. Sóla queda en proceso el desarrollo en los ámbitos social y legislativo, en los cuales jugarán a polarizar aún más el debate y manejarán el insulto y la desinformación con los Gustavos para exacerbar los odios que necesitan. Ambos ya están en eso.

El saludo de “bienvenida” del jefe del Eln en el Chocó, publicado casi de inmediato en redes, es indicio suficiente para entender que no se trata de un acto espontáneo, sino calculado y cronometrado. El grupo de Uriel es la franquicia más desprendida de los lineamientos del Coce y sus acciones atroces se presentan reiteradamente como “independientes” del control del comando de ese grupo. Más híbrido, imposible.

Sin embargo, visto en su conjunto, nada es una sorpresa. Ni siquiera la afanosa y desesperada intervención de Santos. Incumpliendo su propia promesa de silencio y no injerencia en los asuntos nacionales, el fracasado Nóbel salió a dar instrucciones mientras sus hijos trinaban un pequeño montaje con un videíto que no convenció a nadie.

La respuesta militar fue inmediata y contundente: al momento de cerrar esta edición, los resultados arrojan 46 capturas y 14 neutralizaciones en dos días. Algunos preguntan con sorna ¿cómo pueden lograrse esos resultados con semejante rapidez? Es obvio: el trabajo de recomposición de la Inteligencia Militar destruida por el mismo Santos y el alistamiento operacional presionado por el gobierno en este año -gracias a ellos las cifras han mejorado ostensiblemente frente al período de falsa paz- son la respuesta oportuna a una situación previsible hace meses.

Entonces, ¿para qué Márquez y Santrichi asumen el riesgo? Sólo una dinámica “híbrida” les permite reivindicar el apoyo del tirano Maduro, ocultar las ganancias de traquetear de los últimos años, convertirse en el jugador que todos odian y ganar protagonismo, como nos tienen acostumbrados.

Sin embargo, hay otros que también capitalizan ganancias: los realmente beneficiados son las Farc “desmovilizadas”, la guerrillerada rasa que asegura el cumplimiento del gobierno manteniendo latente la amenaza (ahora si probable y posible) de devolverse.

Ellos son la prueba viviente de que las Farc no están “extintas”, como tampoco lo están los 6.200 milicianos que jamás se concentraron, que no entregaron armas, que siguen haciendo presencia, control diluido e inteligencia en el territorio y que hoy son el oculto 52% de las Farc que jamás se desmovilizaron, pero que andan campantes con un certificado de amnistía en el bolsillo. (No mi General, no son 1.200: son 6.200 debidamente certificados por la OACP).

En fin, los grandes ganadores son los “congresistas gratis” y los candidatos de Farc a las próximas elecciones, cuyo tibio y muy conveniente “repudio” a los videos parece suficiente para mostrarse guardando las distancias y ganar votos como los “buenos muchachos” que sí le están cumpliendo a un proceso que sólo beneficia a ellos mismos. Esos que en fracción de segundos se van a declarar amenazados por ambos bandos y con impune ropaje “democrático” cumplirán su objetivo final: “Con el pueblo, con las armas al poder”.

Es una estrategia urdida con perversa destreza y claros fines electorales con miras a octubre. ¿Nos vamos a seguir dejando engañar a punta de sustos?

Ñapa: La reaparición de Santos con motivo de la investigación por financiación ilegal de la campaña 2014 y otros delitos no es casual, como tampoco lo es la remoción forzada del representante Ferro y la entrega del expediente a una ficha útil del santismo (hay video que lo prueba). Un excelente ejemplo de la combinación de todas las formas de lucha híbrida para proteger un Nóbel fracasado.

@rafagonzalez64

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