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Suicidio, realidad que nos golpea


* 1.274 personas se suicidaron durante primer semestre de 2019.

* 223 eran menores de 19 años. * Bogotá, Medellín y Cali, ciudades con más casos.

Por ISABEL VIZCAÍNO

Especial para CIUDAD PAZ

El 11,04 por ciento de las muertes violentas registradas en Colombia, entre el primero de enero y el 30 de junio, fueron suicidios. 1.247 personas se quitaron la vida durante el primer semestre.

De esas 1.247 personas que renunciaron a vivir, 979 eran hombres y 268, mujeres.

En el mismo período del año pasado se suicidaron 1.183 personas. Es decir, 64 menos (5,41 de variación porcentual) que este año.

De acuerdo con Forensis,[1] en Bogotá DC se suicidaron 186 personas, en Medellín, 95; en Cali, 44; en Ibagué, 24; en Cartagena, 23; en Manizales, 22; en Barranquilla, 20. (ver cuadro Grupos por edad).

Dos de los suicidas tenían entre cinco y nueve años, 53 entre 10 y 14, 168 entre 15 y 19, 186 entre 20 y 24…

¿Cómo explicar que un niño de 10 años se haya quitado la vida? ¿Qué una adolescente de 15 se hubiera envenenado? ¿Por qué más de 400 niños, niñas y adolescentes tuvieron miedo a seguir viviendo? ¿Qué los empujó a cesar la existencia que, tal vez, no entendieron?

“El suicidio en niños y adolescentes –de acuerdo con especialistas de la Mayo Medical School– se produce como consecuencia de acontecimientos estresantes de la vida. Lo que una persona joven percibe como algo grave e insuperable, a un adulto puede parecerle leve, por ejemplo, los problemas en la escuela o la pérdida de una amistad”.

Tal es el caso de Juan José,[2] quien al perder tres materias no podía graduarse de bachiller en 2014. Un día de noviembre de ese año, a los 16 años, buscó una cuerda y se colgó. Prefirió esa medida extrema y definitiva que enfrentar a su padre y a su madre, quienes con esfuerzo le brindaban educación en un colegio privado. Era el hijo mayor. Su hermanito de, entonces, 10 años, fue quien descubrió la terrible escena.

O el de María Cecilia,[3] una niña de 13 años que en plena pubertad descubrió que le gustaban más las niñas que los niños. También descubrió que el amor de su familia no incluía aceptar su opción sexual, y que sus -hasta entonces- amigas la rechazaban por considerarla “extraña y pervertida”.

O el de los dos aplicados estudiantes de bachillerato que se suicidaron en marzo, en Pereira. Según la secretaria de salud de Risaralda, Olga Lucía Hoyos, 46 menores de edad habían intentado suicidarse.

O el de Angélica,[4] una adolescente abusada sistemáticamente por su padrastro que decidió lanzarse desde un piso alto…

O el de Alexandra, niña de 10 años, quien había sido víctima de bullyng en el colegio. El 21 de agosto del año pasado tomó el collar de su mascota para colgarse del mismo.

Y así, niño tras niño, niña tras niña, uno y otra adolescente sin más más futuro que tumbas que nos recuerdan la fragilidad de la vida, la indolencia de la sociedad y la ausencia de políticas claras de prevención.

“Las conductas suicidas en niños y adolescentes se definen como “la preocupación, intento o acto que intencionalmente busca causarse daño a sí mismo”. Se puede entender como un espectro que abarca a las ideas y deseos suicidas (ideación suicida), las conductas suicidas sin resultado de muerte (intentos o tentativas suicidas) y los suicidios consumados o completados”, explica la psicóloga Sandra Constanza Cañón Buitrago.[5]

Respecto de las causas que generan el suicidio juvenil, particularmente cuando esas se derivan de abusos sexuales, en los casos en los que las víctimas logran sobrevivir tales conductas, Cañón Buitrago afirma que esas causas impactan en el desarrollo psicológico de las mismas. “Se han reportado como efectos a largo plazo problemas tales como, trastorno por estrés postraumático, depresión, ideación e intento suicida, insensibilidad emocional, cefaleas, trastornos gastrointestinales, disfunciones sexuales, adicción al alcohol y sustancias psicoactivas, victimización sexual posterior y maltrato por parte de la pareja”.[6]

Las alertas existen. Muchos niños, niñas y adolescentes buscan llamar la atención de sus familias y maestros con amenazas de posibles suicidios.

En Bogotá DC, la ciudad que presenta más suicidios de población juvenil, las “conductas de ideación suicida salieron a la luz en un estudio realizado por Milton Rojas, coordinador académico y de disciplina del colegio. La investigación buscaba detectar tendencias a la soledad, depresión o ideas suicidas entre estudiantes de décimo y undécimo. De 203 estudiantes, 50 dijeron que alguna vez han querido quitarse la vida”.[7]

Adicionalmente, la falta de oportunidades y de sentir que “carecen de futuro digno”, 324 jóvenes -entre 20 y 29 años- se quitaron la vida este año.

Es fue el caso, hace varias décadas –el cuatro de marzo de 1977–, de Andrés Caicedo, joven promesa nacional de las letras –autor del libro ‘Que Viva la música’–. Caicedo se quitó la vida cuando apenas tenía 25 años de edad. En un breve mensaje explicó sus razones: “Yo no estaba hecho para vivir más tiempo. Estoy enormemente cansado, decepcionado y triste, y estoy seguro de que cada día que pase, cada una de estas sensaciones o sentimientos me irán matando lentamente. Entonces, prefiero acabar de una vez. (…)”.[8]

Las capitales colombianas donde más suicidios se presentaron fueron: Bogotá DC con 186 casos, Medellín con 95, Cali con 44, Cartagena con 23, Manizales con 22 y Barranquilla con 20.

Entre 2009 y 2018, se registraron 20.832 suicidios, con una media estimada de 2.083 casos por año según cifras reportadas en el sistema de información del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

La tasa por 100.000 habitantes para el fenómeno del suicidio en Colombia registra un incremento progresivo en la última década, se pasó en 2009 de 4,53 a 5,93 casos por 100.000 habitantes en el año 2018. En el período comprendido entre 2009 y 2018 el promedio fue de 4,82 casos por cada 100.000 habitantes.

En 2018, el suicidio representó el 10,4 por ciento de las muertes por causa externa. Durante el primer semestre de 2019, representa el 11,04 por ciento.

El mayor número de suicidios registrados en la última década se dio en 2018, con 125 casos más que durante 2017 y 855 más que en 2008.

La conducta suicida en Colombia, durante 2018, fue consumada por 2.220 hombres (82,34 %) y por 476 mujeres (17,65 %). Respecto a 2017 hubo un incremento en 125 casos para hombres únicamente.

El suicidio acontece en un significativo porcentaje de la población joven (43,36 %), personas entre 20 a 39 años de edad, en su mayoría son hombres (82,34 %). “Es preocupante el aumento progresivo de las conductas suicidas en niños, niñas y adolescentes (entre los 5 y 17 años de edad), con una representación del 10,53 por ciento del total de los casos de este acto fatal durante el año 2018. Prevalece en los suicidios la utilización de mecanismos generadores de asfixia (66,77%), seguido por el uso de sustancias tóxicas (15,17 %) para ambos sexos”.[9]

El Instituto de Medicina Legal considera que la conducta suicida -al ser un acto consciente que va encauzada a la autolesión fatal e impacta a nivel individual, familiar, en el entorno social, laboral y económico- puede ser prevenible con una respuesta oportuna multisectorial orientada a brindar una atención integral a la persona que puede responder frente a una adversidad con un comportamiento suicida, “para tal fin es fundamental identificar los factores sociales biológicos, psicológicos, culturales, ambientales o económicos así incidir mediante la implementación de programas asistenciales que respondan de manera adecuada a la reducción de los factores de riesgo y fortalecer procesos protectores, apoyo social”.

Los expertros de la Clínica Mayo sostienen que los pensamientos suicidas pueden tener distintas causas. “Con mayor frecuencia, los pensamientos suicidas pueden ser el resultado de sentimientos que no puedes afrontar cuando se presenta una situación abrumadora en tu vida”.[10]

Eso sucede cuando se piensa que no hay esperanzas en el futuro y que, equivocadamente, el suicidio podría ser una solución.

POSIBLES CAUSAS DEL SUICIDIO DE JÓVENES En algunos casos, los niño, las niña o los adolescente pueden tener pensamientos suicidas debido a determinadas circunstancias de la vida sobre las que no quieren o no pueden compartir con famili

res o con maestros , entre las que se encuentran:[11]

  • Sufrir un trastorno psiquiátrico, como depresión.

  • La pérdida o un conflicto que involucre a amigos o a familiares cercanos.

  • Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual.

  • Problemas de alcoholismo o drogadicción.

  • Problemas físicos o médicos, por ejemplo, quedar embarazada o tener una infección de transmisión sexual.

  • Ser víctima de hostigamiento.

  • Sentir incertidumbre acerca de la orientación sexual.

  • Leer o escuchar la historia de un suicidio o haber conocido a un compañero que se haya suicidado.

RECOMENDACIONES En algunas ocasiones los problemas pueden hacer creer que la vida no tiene sentido o no vale la pena vivirla, no olvides que es posible superar este malestar y está bien buscar apoyo en otras personas.

  • Los conflictos de pareja o las rupturas amorosas pueden ocasionar dolor intenso, desesperanza, enojo y muchas emociones negativas y hacer creer que no se puede volver a ser feliz. Busca ayuda para afrontar esta situación transitoria y se puede superar.

  • Hablar lo que se siente es el prime​r paso para encontrar la solución a los problemas y nos hace sentir mejor.

  • Existen diferentes fuentes potenciales de ayuda: los familiares cercanos, los amigos, profesores o adultos de confianza, líderes espirituales, las líneas de atención telefónica en salud mental, ​los consejeros escolares o docentes orientadores de las instituciones educativas, los profesionales de la salud (medicina, enfermería, psicología, trabajo social, terapeuta ocupacional y otras disciplinas), Centros de Escucha y Zonas de Orientación Escolar y Universitaria, entre otras alternativas que existen en la comunidad.

  • salud.

  • Si sientes ganas de llorar frecuentemente, desesperanza, estado de ánimo variable, negativismo, deseo de morir, perdida del interés en las cosas que siempre disfrutaste, alteraciones en el sueño o del apetito, es necesario que consultes en el lugar que habitualmente te prestan servicios de salud.

Fuente: www.minsalud.gov.co/salud/publica/SMental/Paginas/suicidio.aspx

La depresión es una de las causas que propician suicidios. / Foto: Ryan McGuire en Pixabay.

FACTORES DE RIESGO* Aunque los intentos de suicidio son más frecuentes entre las mujeres, los hombres son más propensos a completar el suicidio ya que tienden a usar métodos más letales, como las armas de fuego.

Según los especialistas de la Clínica Mayo, una persona puede correr más riesgos de suicidarse en los siguientes casos:

  • Si ha intentado suicidarse antes.

  • Si se siente desesperanzado, inútil, agitado, aislado de la sociedad o solo.

  • Si le sucede una situación estresante, como la pérdida de un ser querido, el servicio militar, una separación o problemas financieros o legales

  • Si tiene problema de consumo de sustancias. El abuso del alcohol y las drogas puede empeorar los pensamientos suicidas y hacerte sentir lo suficientemente temerario o impulsivo como para actuar en función de tus pensamientos

  • Si tiene pensamientos suicidas y tiene acceso a armas de fuego en el hogar.

  • Si sufre un trastorno psiquiátrico no diagnosticado, como depresión grave, trastorno de estrés postraumático o trastorno bipolar.

  • Si tiene antecedentes familiares de trastornos mentales, abuso de sustancias, suicidio o violencia (que incluye abuso sexual o físico)

  • Si tiene una enfermedad que se puede asociar con la depresión y los pensamientos suicidas, como una enfermedad crónica, dolor crónico o una enfermedad terminal

  • Si es lesbiana, gay, bisexual o transgénero y no encuentra apoyo en la familia o está expuesto a un entorno hostil.

  • En casos poco frecuentes, existe el riesgo de que la persona con intención suicida mate a otros y después atente contra su propia vida. Esto se conoce como ‘homicidio-suicidio’ o ‘asesinato-suicidio’, y algunos de los factores de riesgo son los siguientes:

  • Antecedentes de conflictos con el cónyuge o con la pareja.

  • Problemas familiares de naturaleza legal o financiera por los que se esté pasando.

  • Antecedentes de problemas de salud mental, en particular la depresión.

  • Abuso de alcohol y drogas.

  • Acceso a armas de fuego.

  • Consumo de antidepresivos y mayor riesgo de suicidio.

En algunos casos, niños, adolescentes y adultos menores a 25 años pueden presentar un incremento de comportamientos y pensamientos suicidas si consumen antidepresivos, especialmente durante las primeras semanas o cuando se modifica la dosis recetada.

____________________ [1] Instituto de Medicina Legal. [2] Nombre cambiado para proteger la identidad de la víctima y su familia. [3] Ídem. [4] Ídem. [5] Cañón Buitrago, Sandra Constanza. ‘Factores de riesgo asociados a conducta suicidas en niños y adolescentes’. [6] Carmona A, Arango A, Castaño J, Escobar J, García C, Godoy S, et al. ‘Caracterización del intento de suicidio en una población ingresada a un hospital infantil de Manizales (Caldas-Colombia)’. 2000-2008. Arch Med (Manizales) 2010; 10(1):9-18. Citado por: Cañón Buitrago, Sandra Constanza. [7] Se refiere a estudio realizado en la jornada diurna del Colegio San Cristóbal Sur IED. Riaño Torres, Lizeth. En ‘070 - Política y Sociedad’.

Fuente: cerosetenta.uniandes.edu.co/los-colegios-deben-anticipar-el-suicidio-de-sus-estudiantes/ [8] www.radionacional.co/linea-tiempo-paz/se-suicida-escritor-andres-caicedo [9] Forensis 2018. ‘Datos para la vida’ Instituto de Medicina Legal. [10] www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/suicide/symptoms-causes/syc-20378048 [11] Ídem

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