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Navidad y reconciliación


La época invita a una reflexión profunda y sincera en torno a la contribución que cada uno esta aportando a la tan mencionada reconciliación como principio fundamental y fuente de paz.

Un ejercicio que cuestiona las actitudes que asumimos para con los demás, ¿estamos realmente abriendo espacios a la inclusión?, ¿consideramos la participación de todos en los procesos que involucran al país? ¿cuidamos y defendemos los recursos naturales como el patrimonio de todos y para todos? ¿desde el lugar que cada uno ocupa en la sociedad, se esfuerza por ayudar y brindar su colaboración y solidaridad para las necesidades y derechos de quienes no gozan de privilegios como es un buen trabajo, seguridad y bienestar social, beneficios a los que todos tenemos derecho?

Y quizá lo más importante, ¿hemos cambiado nuestra manera de ver a aquellos con quienes, por tantos años, vimos como enemigos? deteniéndonos a pensar en las circunstancias que los llevaron a actuar, a nuestro modo de ver, de forma errada y nociva. Algunos ni siquiera tuvieron la opción de elegir, la vida los llevó o colocó, en gran medida desde su niñez o por situaciones ajenas a su voluntad, a moverse en determinados ambientes donde quedaron atrapados, señalados y marcados.

Reconciliación es ponerse en los zapatos del otro y tratar de comprender su punto de vista, las razones que lo llevaron a pensar o actuar de determinada manera, los motivos que rodean su situación y le dificultan dar el paso a una nueva vida. Crear espacios que propicien la reconciliación es abrir la mente y el corazón al cambio, el cual indudablemente debe ser de ambas partes.

Si deseamos ser aceptados en círculos que anteriormente fueron cerrados por el miedo, el dolor y el terror que la violencia, que por muchos años vivió Colombia, se hace necesario replantear las actitudes que veníamos asumiendo, aprender y tomar lo bueno, unos de otros, porque cada persona tiene cosas por corregir de sí mismo y perdonar de los demás.

El proceso de cambio a nivel personal y general es cuestión del día a día, crece con el tiempo, se da en la medida que asumimos modificar nuestros prejuicios y creer en las intenciones de los demás, partiendo del principio de la buena fe que motivará y dará vida al nuevo país con el que todos soñamos y que solo podrá ser realidad si lo construimos entre todos.

Que la reconciliación sea el ingrediente principal de una Feliz Navidad.

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