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‘¡Que nos gobiernen las putas!’


“Que nos gobiernen las prostitutas,

ya que sus hijos no pudieron”.

George Bernard Shaw (1856-1950)

Esta frase es atribuida al escritor, dramaturgo, crítico y polemista irlandés George Bernard Shaw, quien obtuvo el premio nobel de literatura en 1925 por su obra Pygmalion y posteriormente el premio Óscar en 1938 por su versión cinematográfica del mismo libro llamado 'My Fair Lady'. Este señor, era una verdadera pulga en la oreja en su época, a partir de su cáustica pluma y su opinión sarcástica, pulga de gran alcance, no solamente por lo demoledor de su opinión, sino porque al anciano le faltaron solo seis años para alcanzar su centenario de vida 'jodiendo'.

El señor Shaw era un agudo observador de su época y la describió con todo su ingenio. Paradójicamente pareciera que este Nobel de Literatura estuviera parado en la séptima a la altura de la Plaza de Bolívar, pues muchas de sus geniales 'frases' describen con absurda claridad nuestro país, casi un siglo después.

“Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad”.

En este país del Sagrado Corazón, a los acusados de desfalcar al estado se les llama “buenos muchachos”; quienes dirigieron años y años el país llevándolo al fracaso se les denomina “la renovación política”; a quienes dirigen mafias se les dice “polémicos empresarios”; a un hombre con canas pintadas se le considera un “experimentado”; cuando un acusado de algo esquiva el juicio mediante ardides médicos se informa que les dio un “patatús”; se llama “calumniadores y torcidos” a los maestros… todo lo anterior con el eufemismo de “estar cargado de tigre” para excusar la mala educación y la grosería.

“Las ideas son como las pulgas, saltan de unos a otros, pero no pican a todos”.

En medio de este debate electoral unos candidatos plantean ideas estructurales sobre temas como medio ambiente, manejo de basuras o educación, el resto de candidatos afirman estar en desacuerdo. Un derrame de petróleo, un insulto a los profesores o una crisis de basura en Bogotá les da la razón a los primeros…a la semana todos los candidatos renuncian al Fracking Petrolero (es más, afirman que siempre lo han condenado), comparten la visión del reciclaje y la basura cero, además que son unos convencidos de la educación gratuita… el lío es que en la vida real no se ven muy convencidos, nunca lo han estado.

“Aprendemos de la experiencia que, los hombres nunca aprenden nada de la experiencia”.

El que dijo 'ÉL' en 2009 recibió billete para su campaña a la presidencia por vía de Agro Ingreso Seguro y de Odebrecht. El que dijo 'el Patrón' en 2010 y que posteriormente lo engaño, recibió dinero de Odebrecht para esa campaña según su gerente (para más datos salió elegido); el que señaló 'un expresidente' en 2014, viajó a Brasil a negociar la publicidad de su campaña con Odebrecht en compañía del candidato del 'terrateniente' en 2018. A pesar de la evidencia, no aprendemos, la mitad del país votará por el candidato que acompañó al anterior candidato a visitar a los corruptos brasileros.

El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.

Este es un país en donde todos chillan y exigen en pos de sus propios derechos y su propia igualdad ante sus semejantes. Pero hay un momento en el que pareciera que, entre todos los iguales, solo algunos tuvieran derechos… a tener latifundios, a hacer empresa, a tener estudio… mientras que otros iguales bien merecen su destino igual… si lo mataron por algo sería, si lo robaron algo habría hecho, muy probablemente esa fortuna se le enredó en algún torcido, muy probablemente ese era su destino merecido por negro, por mujer, por indio, por marica, por puta…

Y las tres últimas frases no requieren mayor explicación, basta solo con poner un poquito de cuidado para no tener que contextualizarlas a nuestra realidad:

“La estadística es una ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno”.

“La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente”.

“Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo… y por los mismos motivos”.

Viendo las cosas en perspectiva, nos queda claro: la culpa no es de las madres, es enterita de esos hijos que no fueron capaces. ¡Tal vez ellas lo hubieran hecho mejor!

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