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El desafío: cambio con lealtad


Atravesar una etapa como la que Colombia está viviendo es realmente inquietante, las expectativas son diversas, cada quien interpreta el panorama de manera diferente y todos creen tener la razón en cuanto a la forma como se debe actuar o proceder para alcanzar, en la mayoría de los casos, los beneficios personales que cada cual persigue, olvidando que lo que está en juego es algo mucho más trascendente y tiene que ver con todos y cada uno de los colombianos del presente y del futuro.

La patria incluyente en la que confluyen las diversas y muy variadas personas que conforman este país requiere de principios y propósitos mucho más profundos y efectivos que impulsen la creación y el desarrollo de algo más que un territorio maravilloso. Desprenderse de las individualidades y pensar en el colectivo; actuar y trabajar para la creación de esas oportunidades que lleven bienestar a quienes a través del tiempo han visto vulnerados sus derechos.

Defender los recursos y la propiedad de sus talentos tiene que ver con el respeto que unos y otros nos merecemos, una nueva opción de pensamientos y acciones que serán fundamentales para la creación de la nueva Colombia que necesitamos construir, con honestidad libres de presiones ideológicas, económicas, religiosas y demás.

Romper con los paradigmas y diseñar nuevas estructuras que superen los vicios y prácticas corruptas, que por tradición han venido operando en beneficio de unos cuantos, es el nuevo reto que plantea el desafío de proyectar al mundo una nueva nación.

Exterminar los vicios que aquejan la patria no solo será un reto, es la estrategia que Colombia requiere. Uno de ellos que ha tomado dimensiones impresionantes en los últimos tiempos es el desprestigio, una práctica agresiva que no tiene nada que ver con las ideas, planes y proyectos para la construcción del nuevo país; dejando de lado, lo realmente importante, la solución a las necesidades y problemáticas de este sufrido país. No seguir el juego y evitar ser manipulados o entrar en la dinámica de la desinformación es la actitud.

Demos un nuevo rumbo y extendamos los beneficios del cambio con lealtad a la nueva Colombia y sus integrantes.

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