“Nosotros somos fieles al Acuerdo de Paz, no sólo por el desarme de un grupo armado, sino ante todo por la integración de 15 millones de colombianos, hombres y mujeres que han estado abandonados, sin la presencia de bienes públicos, sin jueces”, asegura Angélica Lozano.
Afirma que para frenar la violencia de género “se necesita un cambio cultural: educación y justicia. Hay que tomar medidas de corto, mediano y largo plazo, articular las instituciones”.
Angélica Lozano es Representante a la Cámara por Bogotá. Ha sido: concejala de Bogotá, alcaldesa local de Chapinero, coordinadora de la Mesa de Género de la Cooperación Internacional en Colombia a cargo de la Organización de Naciones Unidas, entre otros cargos.
Abogada de la Universidad de la Sabana, becaria de gobierno local y estatal en el Departamento de Estado de los Estados Unidos y del programa de Liderazgo del National Democratic Institute. Entre las distinciones recibidas se encuentran: ‘30 mejores líderes de 2013’ (Revista Semana), “100 líderes de la sociedad 2011” (Revista Gerente), “Mejor funcionaria pública” en 2007, “50 líderes del país 2007” (Revista Cambio), becaria del Instituto Nacional Demócrata (NDI) en el programa de fortalecimiento a los partidos.
Aspira al Senado de la República por la lista del Partido Alianza Verde, No. 10 en el tarjetón.
Consultada por CIUDAD PAZ, estas fueron sus respuestas:
¿Cómo puede aportar al proceso de construcción de la paz y el del tejido social?
“Nosotros somos fieles al Acuerdo de Paz, no sólo por el desarme de un grupo armado, sino ante todo por la integración de 15 millones de colombianos, hombres y mujeres que han estado abandonados, sin la presencia de bienes públicos, sin jueces.
Entonces, el primer compromiso es la implementación, fiel a lo que necesitamos para el desarrollo rural, para cerrar esa brecha urbana y regional y para darle un país productivo e incluyente con nuestros campesinos. Esto implica esfuerzo legislativo de control político, de acompañamiento, garantizar presupuesto y estar vigilantes para que se invierta bien”.
¿Qué propone para frenar la violencia de género?
“Aquí se necesita un cambio cultural: educación y justicia. Hay que tomar medidas de corto, mediano y largo plazo, articular las instituciones. No puede ser que Medicina Legal emita unas alertas tempranas sobre mujeres en riesgo de violencia de género y la Fiscalía y la Policía no actúen.
El reto es implementar rutas de atención, articulación y monitoreo. Las denuncias están en aumento, pero la respuesta institucional no es la mejor. Es un proceso de educación y cultura. De construcción de relaciones de pares, no del hombre dueño de mí, que si no estás conmigo te mato. Esto no es de barita mágica o por decreto o ley, significa profundizar políticas educativas de convivencia”.
¿Qué propone para llevar educación de calidad a las regiones?
“Colombia ha avanzado en cobertura en salud y educación. El gran reto es la calidad y pertinencia educativa. Los jóvenes terminan su bachillerato y se van del pueblo a buscar oportunidades en otros lugares. ¿Por qué lo hacen? Por la precariedad de empleo, porque el proyecto de vida cambia, porque si el campo no es viable económicamente terminan saliendo a dedicarse a otros oficios y va quedando nuestro campo sin quien lo trabaje.
Necesitamos pertinencia educativa para potenciar la vocación en los territorios.
Se prevé un incremento de turismo que tenemos que manejar con rigurosidad, porque no falta el oportunismo de algunos inversionistas que intentarán ignorar a la población local. En eso tenemos que ser severos y rápidos, porque si no otras personas, válidamente explotarán lo económico, pero dejando por fuera de la capacidad, la formación y la inclusión laboral de los locales. Es un reto integral, además de acompañamiento de proyecto de vida.
Necesitamos una conexión del mundo educativo con el laboral, porque hay empresas que requieren personal para trabajar, pero no hay quien lo realice por falta de capacitación, puede haber empleos, pero no hay quien lo haga y seguimos ofreciendo las mismas carreras: Administración de Empresas y Derecho, cuando tenemos otras destrezas”.
¿Cree que las mujeres tendrán mejores oportunidades en el próximo gobierno?
“Es incierto, porque podemos crear muchas leyes, pero se necesita voluntad política y articulación. La fortaleza institucional depende de la voluntad política. La Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer tiene un presupuesto de mil millones de pesos anuales, lo cual es un chiste absoluto. Hay que esperar qué Gobierno llega. Con Sergio Fajardo estamos convencidos de que la mujer tendrá un papel principal. Él lo ha hecho, tanto desde la alcaldía de Medellín, como en la Gobernación de Antioquia, no solo desde la Secretaría de la Mujer, sino con programas, con mujeres talentosas de transformación de imaginarios”.
¿Cómo sueña el país en paz?
Un país en paz es donde haya oportunidades, donde si uno quiere ser artista o mecánico, panadero o ingeniero, tenga el chance de tener una vida digna. Tal vez con austeridad, pero todos con posibilidad de desarrollo. Si uno quiere ser matemático y profesor y el otro quiere ser empresario, que lo puedan ser y no dependan de la suerte de la cuna. Y que de lo mismo si nació en Chigorodó o en Bogotá, si tiene una mamá con doctorado o con primaria, que no dependa de eso, sino de los méritos de cada uno”.