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Impunidad DPM


Se sabe que la ley se hizo para cumplirla, pero en este país del Sagrado Corazón de Jesús hay unos jurisconsultos que antes de acogerse a la ley, definen que lo más importante es interpretarla. Por ello terminan haciendo mil piruetas para acomodar las normas, a su real saber y entender, que obviamente no es otra cosa que su propio interés.

Por ello es que los vemos en la mañana descalificando la Justicia Especial para la Paz (JEP), obviamente instando a sus correligionarios a acogerse a las bondades de dicho tribunal, independientemente de si fueron ministros o militares pacificadores del Urabá o los Llanos.

Los tribunales de la JEP sirven para todo, no presentan el nombre de ‘un solo’ magistrado cercano a su pensar político y con ello, acusan a los que se presentan de ser sesgados, pues no piensan como ellos quisieran. Al final de la tarde tienen amigos libres bajo los términos de la JEP, acogiéndose a libertad condicional y, paralelamente, desconociendo la jurisdicción y validez del mecanismo.

Al otro día berrean ante la ‘tamaña impunidad’ con la que campean los señores de las Farc (Faar, según muchos), pues no se acogen a la justicia, ni la respetan, se quejan que los exguerrilleros son intocables y que la justicia no los alcanza. Pero al medio día, están acompañando al amigo caído en desgracia, porque simplemente asignó unos recursos ilícitamente para después desviarlos a su campaña. Una nimiedad. Califican al amigo (amigote) de perseguido y lloran amargas lágrimas lamentándose por una justicia a la cual no se debe respetar, pues persigue a los justos.

Un día inician la Feria de la Extradición, enviando semanalmente a cuanto guerrillo querían castigar, a cuanto paramilitar querían callar y a uno que otro pendejo mal parqueado homónimo de algún narcotraficante, para después pasar a quejarse que la extradición es “un engaño de Colombia”, que no existe.

Hablando claro y en los términos de la gente del común, esta gente está acostumbrada a torcerle el pescuezo a la ley, interpretándola a su real gana y garantizando que la ley no sea el mismo racero para todos, sino un instrumento DPM “Depende del Marrano”.

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