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El perdón es el puente

Dejar atrás la guerra significa que unos y otros adoptemos una nueva actitud ante la vida, alimentarnos de esperanza y trabajar enfocados en construir, edificar, levantar, elevar el país; cuidar y hacer prosperar la incomparable riqueza natural y humana que nos fue otorgada.

Esta nueva oportunidad es también una responsabilidad para con las generaciones futuras esos niños y jóvenes que merecen un mejor escenario para su desarrollo: una Colombia en paz. La educación es un pilar para este logro. Los recursos y las energías que durante tantos años se emplearon en hacer la guerra o en defenderse de ella, deberán enfocarse ahora en brindar formación integral a todos; ella nos hará mejores seres humanos y propiciará el crecimiento personal y profesional de las personas. Con una mejor educación cada colombiano podrá acceder a una mejor vida, nuevas oportunidades que abrirán paso al desarrollo que está necesitando Colombia; que el talento de sus gentes se ponga al servicio de la patria y lo dejen de aprovechar las naciones foráneas como viene ocurriendo con tanto cerebro fugado.

Atrás la ira, atrás el odio, la paz alcanzada nadie nos la robará, el perdón es el puente que dará inicio a esa nueva etapa donde los dolores del pasado serán valorados como experiencias que no se pueden ni deben repetir. Vivencias del ayer que ya no volverán porque perdonar es sanar, sentir compasión por el otro y volver a comenzar. En realidad el logro alcanzado, luego de tantos años en la búsqueda de tan anhelado acuerdo, es un punto de partida en pro de la dignificación del colombiano, incluyendo en esta denominación a todos y cada uno de los grupos étnicos o sociales que lo conforman. El cierre de ciclos, temporadas, etapas, entre otros, son periodos especiales para la reflexión, momentos oportunos para el balance, las conclusiones y los nuevos propósitos. Igualmente, es el tiempo ideal para recargar las energías que requerirán nuestras acciones en el nuevo lapso, más aún cuando nos esperan grandes desafíos, adaptarnos a los cambios, dar lo mejor de nosotros mismos y trabajar fuertemente en hacer realidad ese gran anhelo que nos impulsa e ilusiona: Vivir en un país en Paz.

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