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Compromisos ciudadanos


Le preguntamos a hombres y mujeres: ¿Qué harías por la paz? Coincidieron en la necesidad de cambiar actitudes y mejorar la convivencia.

La paz es un derecho garantizado por la Constitución Nacional y es un anhelo de la población colombiana.

La búsqueda de la paz ha sido una tarea ardua. Sin embargo, la paz está por ser construida.

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Alejandro Bohórquez García

“ME COMPROMETO A RESPETAR EL AMBIENTE” “La paz, es tal vez el derecho fundamental más importante al que tiene derecho un ser humano; porque en él confluyen los demás derechos, como la libertad, la propiedad, la educación, la vivienda digna y, por encima de ellos, la Justicia. No en vano el proverbio de Salomón manifiesta que la Justicia y la Paz se besaron; y produjeron las civilizaciones felices y poderosas. ¿Qué haría yo por la Paz? Es una pregunta que debe hacer reflexionar a cada ciudadano que anhela la paz verdadera. De mi parte; por la paz de mi país, de mi ciudad, de mi familia, estoy dispuesto a ofrendar un mes de salario para la indemnización de las víctimas, a pagar cumplidamente mis impuestos para que haya igualdad, y a participar en las discusiones de los grandes retos y problemas sociales contribuyendo a proponer soluciones posibles eficaces y válidas para la construcción de un país y una sociedad mejor. Por la paz, me comprometo a respetar el ambiente para que éste sea sano y regenerador; por la paz, quiero dar mis manos a quien las necesite; para que aquella persona tenga mejores oportunidades. Por la Paz, la reconciliación y la vida, me comprometo a proteger la Justicia, como la herramienta útil y posible para buscar la reparación y la igualdad”.

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Alejandra Daza Rivera

“DECIR SÍ A LA VIDA, ES DECIR SÍ A LA PAZ” “La paz ya está implícita en mi cotidianeidad. En concreto: 1. Estar en paz conmigo misma. Desde mi vivencia, la paz inicial es consigo misma. Despertar y bendecir mi existencia. Desayunar con consciencia y agrado por los alimentos que me nutren. Vivir el día aceptando mi humanidad, mis debilidades, aciertos, luchas. Aceptarme cada día, en paz, sin guerra con mi mente, ni mis sentimientos, sin guerra, en paz conmigo es una construcción y apuesta diaria. 2. Decir sí a la vida, es decir sí a la paz. Decir sí a los cambios, es ser parte de este momento histórico, es votar el dos de octubre por el sí a la paz de mi país. También es decir sí a la paz en el transmilenio cuando está lleno. También es decir sí a reciclar. También es decir sí a respetar los semáforos, tantas acciones de paz, que ya son consciencia. 3. Realizo encuentros de reparación transgeneracional, y uno de los pilares es la paz, la paz que se traduce en amor, comprensión y reconstrucción de vínculos. Así que hago y seguiré haciendo apuestas de paz cotidianas, familiares y colectivas”.

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Claudia de la Espriella

“POR UN PAÍS MÁS EQUITATIVO E IGUALITARIO” “Soy una persona del común, sin poder político, que se desempeña en el campo de la literatura y de la docencia universitaria. Siempre me he interesado por la cultura y mi mayor preocupación es elevar el nivel educativo de Colombia. Desde mi puesto de trabajo he intentado guiar a las nuevas generaciones para que sean adultos pensantes, reflexivos, que respeten las opiniones ajenas, luchar por la libertad de expresión y buscar hacer un país más equitativo e igualitario. Esa labor, que he venido cumpliendo desde hace más de 30 años, será reforzada, con todas mis fuerzas intelectuales y físicas, para que Colombia pueda alcanzar la Paz que todos anhelamos. Este deseo se concretará a través de charlas, de lecturas comentadas, de mesas de trabajo donde se pueda aportar algo a un proceso que será largo, dispendioso y donde es indispensable reconocer que sus frutos no surgirán de pronto sino que serán el resultado de una labor de varios años. De igual modo, estoy convencida de que mi comportamiento ético, ese que debo practicar desde que despierto cada día, tiene que procurar darle a mis semejantes el mejor tratamiento posible: cuando hablo así, no me refiero únicamente a dar los buenos días o las buenas tardes, sino a pagar lo justo a aquellos que realizan un trabajo para mí, a luchar, con mis compatriotas, por justas causas como lo son: una educación de alta calidad, el derecho fundamental de la salud, el derecho a un trabajo, bien renumerado y con prestaciones sociales que garanticen llevar una vida digna, el respeto a las diversas creencias e ideologías, a la diversidad sexual, el respeto a la vida y, por supuesto, la obligación de cumplir con todos y cada uno de mis deberes como ciudadana. Cada una de mis acciones está encaminada a dar ejemplo, pues los hechos son más efectivos y convincentes que las palabras siendo de éste modo como se consiguen los cambios estructurales que tanto se necesitan. Es igualmente indispensable dejar de lado cualquier actitud de agresividad contra aquellos que no piensan o no actúan como yo. No es fácil vivir y mantenerse serenos, pero hay que intentarlo y, por supuesto, esforzarse. Poco a poco, con mucha disciplina, mucha dedicación diaria, se irá construyendo una mejor sociedad donde todos seamos realmente lo suficientemente pacíficos como aprender a dialogar y dejar atrás todo aquello que pueda destruir. La Paz es de todos, por eso, tenemos que dar lo mejor de nosotros para conseguirla”.

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Wílber José Fábregas Molina

“CREARÍA ESPACIOS DE CULTURA CIUDADANA” “Yo, por la paz, socializaría como comunicador, mensajes positivos para que no olvidemos que somos hijos de Dios y clamarle a él para que se haga el milagro que tanto anhelamos los colombianos, de poder contar con una Nación libre, llena de riquezas espirituales, a la que podamos seguir con orgullo emitiendo aquellas voces que nos enseñaron nuestros padres y acentuaron nuestros educadores en las aulas escolares. Yo, por la paz, respaldaría iniciativas que conlleven a un mejoramiento social, en el que todos podamos vivir en un marco de confianza, alegría y prosperidad, pensando en el futuro mejor de las nuevas generaciones, alejados de toda hostilidad, para que siembren un porvenir próspero, lleno de luz, de esperanza, de ambiciones, que arrojen los frutos esperados, para ver crecer a nuestros hijos y descendientes en un ambiente sano, con educación, apropiada como debe ser, en el marco de una verdadera convivencia ciudadana, alejados definitivamente de las situaciones calamitosas pasadas. Yo, por la paz, invito a retomar las alegrías que nos fueron arrebatadas por caprichos o mezquindades de quienes nos privaron el querer, de poder ver correr a los niños por las calles y los campos sin peligro alguno y a los ancianos realizar sus actividades propias de su edad con sus amistades contemplando de cerca y sin temor como germinan las flores en un ambiente lleno de resplandor bajo el terruño glorioso de la tranquilidad y armonía de un país como Colombia, con abundante naturaleza, unidos por un solo corazón, un escudo y una bandera, por una vida llena de virtudes y con la tranquilidad que tanto nos merecemos los colombianos, gente de buenas costumbres, soñadora y pujante. Yo, por la paz, deseo ver nuevamente los arados manejados por esas manos callosas que sembraban sin peligro alguno sus cultivos; esos responsables de que la tierra pueda producir los frutos de la madre naturaleza para que los mismos sean expuestos en los mercados; para que haya abundancia en cada hogar y puedan también ser adquiridas, aumentando de esta forma las divisas para mejorar la economía nacional. Yo, por la paz, crearía espacios de cultura ciudadana, en aras brindar voces de positivismo a quienes lo necesiten, promover canciones y poesías de los amantes del arte y que sus difusores se sientan útiles ante la sociedad, enriqueciendo con sus obras ese talento innato que sirve de aporte a dicha cultura nacional, apoyándolos para que impartan enseñanzas a través de sus mensajes convertidos en prosas y versos, poder abrazar a nuestros semejantes y decirles cuanto los amamos, sin la necesidad de que sientan temor alguno a sufrir ningún atropello de hecho ni palabra”.

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Paola Bermúdez “Me comprometo a ser mejor persona cada día, a inculcarle a mi hija muchos valores relacionados con el respeto que debe tener hacia los demás y hacia la diferencia, a aceptar a todos los que nos rodean, a decir las cosas de una forma constructiva y no destructiva y asumo este mismo comportamiento. También me comprometo a investigar a fondo las historias, meterme en esas zonas, trabajar directamente con ex guerrilleros, siempre y cuando sea permitido por el canal para el cual estoy trabajando. Todas las personas valemos por lo que tenemos adentro y no por lo que externamente nos regaló la vida”.

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Gala Marcela Peña “Ser más coherente, entender más las razones del contrario. Aprender e intentar transmitir a mis audiencias, un poco más sobre cómo funciona la democracia, ejercer mi oficio de periodismo con rigor y apego total a la verdad. Procurar ser una ciudadana ejemplar en mi trato con los demás, empezando por pequeñas cosas que hacen parte del respeto al otro; como hacer una fila sin colarme, respetarlos turnos, no lanzar basura en las calles, respetar los horarios de los demás siendo puntual, no dañar y cuidar los bienes que nos pertenecen a todos, o simplemente, respetar las normas de tránsito. Creo que con estas simples acciones se edifica la paz, a partir no sólo de la tolerancia, sino de no insistir en prácticas que afectan la integridad del otro, que atentan contra sus derechos así como la sana convivencia”.

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Mariana Bolaños “Por la paz perdonaría a todas las personas que me han hecho daño, trataría de ser tolerante con las demás personas que en muchas ocasiones no tenemos el mismo pensamiento y ayudaría a los demás. También estoy dispuesta a trabajar con ex guerrilleros que se vinculen a la vida civil y dejen las armas. Pienso además que la paz empieza por uno mismo y por nuestra casa”.

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Tonny Pérez Mier “Hay que perdonar a quienes por sus convicciones, en un momento dado, se convirtieron en factores de perturbación. Si logramos la reconciliación y la concordia viviremos en paz. Es allí a donde todos debemos apuntar para consolidar ese principio tan humanitario y tan necesitado por la gente”.

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Fabiola Acosta E. La Paz es la forma de poder reconciliarnos los unos a los otros, nos permite el perdón y nos muestra un futuro donde podemos mejorar y aceptarnos. Cuanto más la entendamos, mejor viviremos. La Paz hay que construirla, hablando de ella en la familia, en nuestro vecindario y dando parte de nuestro ser y de nuestra labor, en el día a día, porque es la forma más simple para escapar de la guerra”.

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Tallulah Flórez Prieto “Y que se haga la luz para entonces discurrir desde la orilla ...delatar con furia nuestra desvergüenza, por haber pasado de mano en mano cada frase cifrada que sufragó el hambre de todos y el silencio. Y que se haga la luz sobre este cuerpo derrotado que es la piel de todos... Algo nos dice que sabremos llegar...

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